Salud

Quince minutos para ganar años de visión

  • Innova Ocular Oculsur abre las puertas de su quirófanos para enseñar cómo se realiza en un cuarto de hora una corrección con lente multifocal de presbicia y astigmatismo.

Imagen de la operación realizada a una paciente días atrás en los quirófanos de la clínica Oculsur.

Imagen de la operación realizada a una paciente días atrás en los quirófanos de la clínica Oculsur. / Pascual

Paciente: mujer de 55 años. Sufre un leve astigmatismo y presbicia, o como se denomina comúnmente, vista cansada. El ojo como el resto de órganos va perdiendo cualidades como el paso de los años. Son las doce de la mañana y la mujer está boca arriba en un quirófano de Oculsur, en la calle José Cádiz Salvatierra. Está a punto de ponerse en manos del doctor Pedro Caro, reputado oftalmólogo, director médico de Polo Anterior de Oculsur Innova. En menos de tres días no quedará apenas rastro de la intervención. Sólo las gotas que le han sido recetadas para que se las administre sobre el ojo en las primeras horas causan un poco de malestar. La cirugía a la que será sometida es muy poco invasiva. Todo una avance de la oftalmología.

El doctor Caro saluda a los periodistas antes de realizar la intervención. Una vez que comience, no debe ser molestado, cuentan en la clínica. Y ello aún cuando ha realizado miles de operaciones, de miles de pacientes que han puesto su visión en sus manos. La profesionalidad de Caro está por encima de todo.

La intervención consta de varias fases. Primero, se realizan dos incisiones alrededor del cristalino, que servirán para acceder a éste sin tocar otras partes del ojo. La clave del procedimiento está en la colocación de una lente multifocal que ejerza las funciones del cristalino. Resulta, como poco, sorprendente, que la ciencia permita la sustitución de elementos propios que cumplan con la función de la naturaleza, sobre todo en una zona tan sensible como la que permite la visión.

El primer objetivo está en abrir el espacio para la lente. Y para ello, hay que 'recortar', ganar milímetros dentro del propio ojo para que la lente se amolde perfectamente. La precisión con la que se realiza el corte circular es digna de máquinas, pero sale del saber hacer del doctor. Luego, llega el momento de retirar lo que se ha cortado. Un gel viscolástico lo permite. Antes de colocar la lente, se aspira la piel ocular sobrante. Llama la atención en este paso el sonido que surge de la pequeña aspiradora quirúrgica. La intensidad con la que retira los elementos cortados se marca por notas musicales. A más potencia, más aguda. Es una especie de sintonía que rompe el silencio de la sala. Es algo así como el ruido que hace el coche cuando va muy revolucionado. Éste es el que guía y propicia el cambio de marchas.

El último paso es esencial. A través de una cánula que desemboca en los incisos hechos al principio de la intervención entrará la lente en el ojo por debajo de la córnea. Lo hace enrollada. La pericia del doctor Caro es la que consigue que ésta se coloque exactamente en el lugar necesario para acabar de una vez por todas con la presbicia. Y, además, del astigmatismo. Dos especies de rabillos de la lente cambiarán levemente la forma del ojo para que tome su posición correcta y acabar con este problema.

"Ya no tendrá nunca que preocuparse de la presbicia", explican fuentes de la clínica, "ni necesitará ninguna intervención nunca más salvo que sufra nuevos problemas de visión con el paso de los años". Es decir, si surgen, por ejemplo, miopías o cualquier otra cuestión. Si no es así, la paciente de 55 años no tendrá que renovar nunca más la lente, "que no se desgasta como sí lo hace nuestro cristalino. La presbicia es un problema natural y en realidad no se considera patología, sino que es síntoma del paso de los años". Es a partir de los 45 años cuando normalmente se sufre la vista cansada. La edad media para la intervención suele estar en los 50 ó 55 años a los que se opera la paciente.

Al salir, ella misma cuenta que no ha sentido ningún dolor, sólo alguna presión que es más que normal. El antibiótico y un poco de descanso harán el resto. "En tres días estaré como siempre pero sin gafas. Hace cinco días me operé del otro ojo para hacer exactamente lo mismo. Lo ideal es operarse de los dos en pocos días para no descompensar la vista. Yo estoy muy contenta", asegura. "Yo con pensar que no me voy a poner gafas nunca más…".

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios