La ordenanza municipal reguladora de la instalación de veladores dice que éstos tienen que guardar "especiales exigencias de armonía y de integración con las características del entorno, que vienen impuestas desde la propia normativa reguladora del patrimonio histórico-artístico". Unos requisitos, junto al pago de la tasa, que tienen que cumplir los hosteleros de la plaza del Arenal. Sin embargo... "¿por qué me piden una licencia para mis veladores y los acampados están ahí sin que nadie les pueda tocar? Que yo sepa, un inspector de Urbanismo me puede multar si no cumplo con las exigencias de la ordenanza al estar en suelo público, ¿no?", critica Martín Romero, hostelero de la plaza. El empresario reconoce que aunque no le afecta directamente al negocio, "estéticamente perjudica, no es bonito y desde luego el Ayuntamiento no está actuando como debería en este asunto".

La polémica está servida. "Esto lo veo fatal, es el único sitio de España donde se sigue permitiendo una acampada, pero vamos, que los que están ahí no son 'indignados', que la gente no se confunda", señala Antonio Contreras. Muchos de los turistas que deciden parar en el bar de este hostelero le preguntan sorprendidos "¿qué es eso? Yo como puedo lo explico, así que desde luego no se está dando una buena imagen de la ciudad de cara al turismo".

Manuel Álvarez lleva años detrás de una barra y coincide con Contreras en remarcar que los acampados "no pertenecen al movimiento 15-M, he leído que se desmarcaron de este grupo, así que no tiene mucho sentido que sigan ahí". Para el jerezano esta plaza emblemática de la ciudad "no se merece esto, los turistas se extrañan y bueno, en Semana Santa va a ser un pegote". Ante esto, Álvarez declara que el Ayuntamiento "no se quiere mojar, y el enfrentamiento de Subdelegación con la Unión de Hermandades es ya lo último".

No son los únicos que critican la acampada del Arenal. Milagros Fontadez, propietaria de la farmacia ubicada en la plaza, recrimina al gobierno "que no actúe. Estas personas se tendrían que haber marchado hace tiempo, y aunque a mi negocio no le afecta, me parece una imagen horrible para la ciudad". En la misma línea se pronuncia Antonia Rubio, de la tienda 'Dons', quien entre risas declaró que "no sabes lo que me cuesta explicar a los turistas qué es lo que ocurre en la plaza. Se extrañan muchísimo".

Aunque la mayoría pone la voz de alarma en este 'campamento', muchos dan un paso atrás y puntualizan que si las reivindicaciones "lo merecen" hacen como los que no 'ven' nada. "Es un grupo de personas que están reivindicando sin hacer daño a nadie. Para ellos no hay fiestas, sino una problemática bastante grande. Estamos en una democracia", declara Luis Junquera, un cliente de los establecimientos del Arenal, quien remarca que "no estoy a favor ni en contra, pero esto es un Estado de derecho. Además, la imagen de Jerez la está perjudicando ya la alcaldesa".

Opiniones para todos los gustos se 'cocinan' a diario en los establecimientos del Arenal. Algunos no quieren hacerlas públicas por miedo a represalias, un hecho que deja entrever que algo está fallando. Otros critican la extrema tolerancia de las administraciones ante esta acampada y se preguntan quién será el próximo que se instale en la calle. Y los pocos, apoyan a unos acampados que cumplen ocho meses en la céntrica plaza.