El médico responsable del cuidado de una mujer del Centro Residencial para Mayores Novo Sancti Petri, cuyo fallecimiento en 2015 motivó la denuncia de sus familiares y la apertura de una investigación por parte del Juzgado Mixto número 4 de Chiclana, declaró ayer en calidad de investigado. El especialista ha señalado al cuerpo de enfermería diciendo que le "informaban" cuando "había alguna anormalidad" y que, en el caso de la usuaria fallecida, nadie le puso al tanto de su evolución desfavorable.

En un comunicado, el abogado de la acusación particular, José Luis Ortiz, ha afirmado que la táctica empleada por la defensa ha consistido en "la estrategia del ventilador, es decir, en repartir la responsabilidad a diestro y siniestro, echando la culpa a todo el cuerpo de enfermería". Por ello, el letrado está valorando la posibilidad de pedir la declaración de las enfermeras que trataron a la anciana en el centro chiclanero antes de su muerte.

Asimismo, Ortiz ha explicado que el médico, de nacionalidad panameña, contaba con 70 años de edad en el momento de los hechos, "por lo que se entiende que se encontraba jubilado". De ahí que el abogado haya decidido solicitar "que se aporte a la causa el contrato de trabajo que le vinculaba con la residencia".

En su declaración como investigado, el médico ha manifestado en sede judicial que en el centro de mayores existía un libro de incidencias donde las enfermeras le indicaban qué pacientes tenía que ver, si bien ha matizado que dicho libro "nada más que era para enfermería" y que había otro libro, "el de los médicos", que sí examinaba todas las mañanas cuando llegaba.

Igualmente, el especialista imputado ha dicho que, a la fecha de los hechos, se encontraba a la espera de que el cuerpo de enfermería lo pusiera al corriente acerca del proceso evolutivo de la úlcera que sufría la anciana en un pie. El médico ha afirmado ante el juez que no se le informó de la evolución desfavorable de dicha supuración. Y ha incidido en que él mismo se encargaba del seguimiento de la mencionada lesión en función de los requerimientos que le formulaban las enfermeras.

De otra parte, el informe forense sobre el caso de la anciana cuya familia considera que murió porque hubo una demora en el traslado desde el Centro Residencial para Mayores Novo Sancti Petri a un hospital para ser tratada de una úlcera en el pie concluye que hubo omisión del deber de cuidado de la mujer en la residencia.

El informe forense aportado a la causa señala en su apartado de conclusiones que "tras el análisis de la documental aportada, no se encuentra documentación médica que refleje el seguimiento de la lesión padecida por la fallecida por parte del médico encargado de su salud en la residencia".

"Según se deduce de la documentación aportada", añade el forense, "existe omisión del deber de cuidado, ya que la paciente no fue asistida en relación a la patología que le fue diagnosticada ni se pusieron en marcha los medios y el cuidado necesario para el diagnóstico y tratamiento del proceso padecido en el centro".