Visto para sentencia. El Concurso de Agrupaciones de 2016 llega a su fin, a falta de la última sesión del viernes en la que quince grupos se repartirán los premios. Antes de que el jurado ofreciera su veredicto nueve agrupaciones apuraron sus opciones, destacando la bonita competición de pasodobles que ofrecieron las comparsas de Tino Tovar, Juan Carlos Aragón, Jesús Bienvenido y Ángel Subiela. Sus letras fueron lo más destacado de la jornada junto al coro de Luis Rivero y el cuarteto de Los Niños.
La noche comenzó por alegrías gracias al coro de Paco Martínez Mora, que contagió con su ritmo a un teatro con ganas de fiesta. En su repertorio destacó especialmente el primer tango, una invitación a los cruceristas que llegan a nuestro puerto a quedarse a visitar Cádiz, original manera de piropear a la ciudad. A menos en el segundo, sobre la polémica de las Reinas Magas. También lució el segundo cuplé, fresquito, para la “bicicleta estática” del pregonero, Pablo Carbonell.
A continuación, golpe sobre la mesa de ‘El creador’ a base de letras. Muy bueno el primer pasodoble, para el Borbón que, como decía la ranchera, “ni tiene trono ni reina pero sigue siendo el rey”. Y aún mejor el segundo, sencillamente espectacular, para marcar el camino de un inmigrante que huye de la guerra y de la pobreza utilizando juegos infantiles. No hay una forma más dulce y sensible de tratar un tema tan duro. Magnífica letra. Cuplés en la media de la modalidad, mejor el segundo rematado con el fallo del jurado. La idea y su forma de transmitirla es pura magia.
Este no era el año de la chirigota del Love, es una realidad. Desde el primer día su repertorio no terminó de enganchar, y eso que lo han defendido con el arte y las tablas que les caracterizan. Su pase de semifinales fue además el más flojo de todos en el Concurso, empezando por los pasodobles, dedicados a la situación del país y a piropear a Cádiz, “tan bonita de noche como de día”. No mejoró su pase la tanda de cuplés, para su parienta, que se aficiona a ir a la biblioteca, y para sus compañeros monstruos.
Se reivindicó en cambio el cuarteto de Los Niños, de menos a más en el Concurso y anoche protagonista de un gran pase. Por fin el texto estuvo a la altura de las geniales interpretaciones de los componentes, especialmente de Iván Romero y Carlos Pérez. Su parodia fue para un bautizo, desarrollada con buenos golpes. Pincharon los cuplés, pero lo compensaron con un buen tema libre en el que la Pantoja llega a confesarse junto a su hijo Kiko. Sin los excesos de días atrás, buscando incluso la rima, el cuarteto gana muchísimo. A la final y en la pelea por el primer premio.
No pudo alcanza su segunda final consecutiva la comparsa de Juan Carlos Aragón, que trae este año un estilo más fresco, más melódico y más poético. Se notó en los pasodobles, especialmente en el primero, una impresionante letra para las playas de Cádiz. Pluma de altura. El segundo, más discutible por su desarrollo, fue para la educación que coarta la rebeldía de los niños, si ellos gobernaran no habría tanta maldad en el mundo. Cuplés (y es noticia) por encima de la media, el primero con toquecito a las comparsas y su afición por las tragedias y el segundo, cómo no, con el nabo de por medio.
Vuelve a una Final tras varios años ausente el coro de Luis Rivero, que dedicó sus tangos de semifinal a la educación, con remate para el caso de acoso escolar que llevó a Diego al suicidio, y a las luchas entre carnavaleros, un mal ejemplo que este año ha estallado por la pelea entre varios autores y el Patronato. Volvieron a tocar el tema en el primer cuplé, recordando el enfrentamiento entre Procopio y Martínez Ares. El segundo, para el propio autor y su experiencia como Rey Melchor en las últimas navidades. Interpretación impecable.
Como alguno de sus rivales, la comparsa de Bienvenido es de esas que ha ido de menos a más en el Concurso. Anoche pelearon duro su pase a la Gran Final (aún sin suerte al final) con dos grandes letras de pasodoble, tratadas con una pluma exquisita. La primera fue para el terrorismo del ISIS, presuntos defensores de una cultura que también es nuestra y que no justifica una guerra “en la que sólo mueren inocentes” y que “ni es Santa ni es valiente”. Enorme. Giro sentimental en el segundo para rendir tributo a “la mujer más admirable que he conocido, la que me ha parido”. Precioso. Cuplés de trámite antes de un popurrí perfectamente ejecutado y con una música que embelesa. Un caramelito hecho comparsa.
La chirigota de Manolín Gálvez representó al compás viñero en esta última noche de semifinales y fue protagonista del momento más emotivo de la noche. Pasando del Concurso, con los papeles en la mano, cantaron un pasodoble de última hora a María la Hierbabuena, una letra que nace del alma. Que puntúe más o menos ya les importa poco. Antes, dedicaron un pasodoble al alcalde, “un amigo” al que piden que haga todo lo posible para no tener que cargar contra él en un futuro. Cuplés flojos y satirones. Disfrutaron e hicieron lo que les pedía el corazón, con eso ya deben estar satisfechos.
Cerró la comparsa ‘Los Doce’, que destacó de nuevo en pasodobles. La combativa pluma de García Argüez salió a relucir en el primero, contra los tópicos que suelen achacarse a los gaditanos. El segundo fue para “el amor amargo de la cocaína”, una letra desarrollada con mucho acierto. No estuvieron mal los cuplés, el primero con guasa para el Noly y el segundo para una ecografía. Una comparsa con mucho gusto que, aún lejos de la pelea por los premios según el jurado, deja muy buenas sensaciones en el aficionado.
Vídeos y fichas de la sesión, por Rafa Burgal
Chirigota Los que viven de gañote
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