La consejera de Salud y Bienestar Social, María Jesús Montero, no acudió ayer a la reunión "informal" convocada por la ministra de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, Ana Mato, con los representantes autonómicos para abordar el impacto de la reforma llevada a cabo por su departamento, centrada de manera especial en la reducción del gasto farmacéutico. Montero justificó su ausencia por "motivos de agenda", pero en paralelo su consejería arremetió contra la cita porque, a su juicio, lo que perseguía la ministra era "un aval de las políticas regresivas del PP que desde Andalucía no compartimos".

En una línea similar a la del Gobierno andaluz se expresaron los del País Vasco, Asturias y Canarias, que se oponen a las medidas del Ejecutivo de Mariano Rajoy, al que además piden que impulse el diálogo social e institucional con todas las autonomías, partidos políticos y agentes sociales y que "respete el papel y ámbito de decisión" de los gobiernos regionales.

Desde Andalucía, y con respecto a la reunión a la que Montero no acudió, fuentes de Salud denunciaron que en el orden del día previsto no entraban los asuntos que con posterioridad se abordaron. Para la Administración andaluza, esos temas deben analizarse en el seno del Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud (SNS) y no en un "encuentro informal".

El Ministerio informó de que, además de la evaluación de la reforma sanitaria, el cónclave pretendía acercar posturas con los consejeros autonómicos sobre otros temas que aún quedan pendientes, como la entrada en vigor del nuevo aseguramiento que deja sin tarjeta sanitaria a los inmigrantes irregulares -medida a la que también se opone la Junta- o la creación definitiva de una cartera única de servicios y una tarjeta sanitaria interoperable en todo el SNS.