El Gobierno movió este jueves finalmente ficha para intentar que Braulio Medel abandone la presidencia de la Fundación Bancaria Unicaja, la entidad que controla el 30% de las acciones del quinto banco español. El Protectorado de Fundaciones Bancarias, un organismo que depende directamente de la vicepresidenta Nadia Calviño, remitió este jueves una carta para que Medel convoque a su patronato con carácter urgente con un objetivo: que apruebe por unanimidad la contratación de una entidad independiente “de primer nivel” para que elabore y le entregue en el plazo de dos meses un informe sobre gobernanza en el que se pronuncie expresamente sobre si Medel sigue reuniendo requisitos legales para ostentar el cargo de patrono de la fundación. El Protectorado se reserva el derecho de impugnar actos del patronato o incluso de acudir a la Fiscalía si halla indicios de “ilicitud penal”.

En la misiva, según EFE, el organismo que ejerce el control sobre las fundaciones bancarias muestra sus dudas de que en Braulio Medel concurran la necesaria idoneidad y honorabilidad comercial y profesional para desempeñar sus funciones. Asegura que tras el análisis de la información que le suministró la fundación y por la información que se le ha trasladado hay evidencias de un deterioro de la gobernanza de ésta con trascendencia para su reputación. Y alude a las recientes dimisiones de tres de los consejeros independientes que, a su juicio, demostrarían la crisis que sufre la entidad financiera. Agrega además que tanto el Banco Central Europeo, como el Banco de España y la Comisión Nacional del Mercado de Valores han mostrado su preocupación y solicitado actuaciones.

El movimiento se produce unos días antes de que la junta general de accionistas de Unicaja Banco proceda a la renovación parcial del consejo de administración. Nadia Calviño ya había mostrado el pasado 12 de marzo su preocupación por el “ruido” que afectaba al banco andaluz. Y en las últimas horas, tanto el presidente de la Junta como el alcalde de Málaga le instaban a que interviniera.

Desde que se concretó la fusión de Unicaja Banco y Liberbank, en agosto del año pasado, se viene observando una pugna interna por el poder entre los directivos de las dos entidades. Las áreas de responsabilidad se acordaron, pero han funcionando como compartimentos estancos en un proceso de integración operativa aún pendiente. Un malestar que se ha traducido por una de las partes como una quiebra del reparto que por su peso correspondía a cada banco. El propio Juanma Moreno declaraba esta semana que no permitiría “un vaciado” del banco y aseguraba que eso estaba sucediendo con unidades de trabajo en Ronda y Málaga. Su consejero de Presidencia, Elías Bendodo, ha ido más lejos al pedirle a Medel que dé un paso al lado.

Un toma y daca que ha obligado a la fundación a salir varias veces públicamente a desmentir que corra peligro la sede malagueña de la entidad andaluza y que justo es la garante de que sea así.