La jinete Belén Bautista Sánchez se convirtió a mediodía de ayer en las instalaciones del Depósito de Sementales en la sexta mujer en los 56 años de historia del premio Caballo de Oro en conseguir este galardón.

Resulta curioso pero sólo en seis ocasiones desde 1967, fecha en la que comenzó este reconocimiento, ha habido una protagonista femenina en el escenario para recoger el premio. Hay que recordar que solamente María Isabel Merello (1969), Blanca Domecq (1985), la Infanta Doña Elena de Borbón (1993), Beatriz Ferrer-Salat (2004), Ana María Bohórquez Escribano (2009) y ahora Belén Bautista han obtenido la que muchos definen como la máxima distinción del mundo del caballo.

Por esta razón, el de este viernes, como bien indicó Mamen Sánchez, alcaldesa de Jerez, en su discurso, fue un día especial. “Celebro que este año hayamos puesto el foco, precisamente en la aportación de una mujer, y que esto nos ayude a dar visibilidad a una maestra de la doma, y que con ello estemos poniendo de relieve este cambio de padadigma”, apuntó la primera edil de la ciudad.

Belén Bautista, saluda al público acompañada por su padre, Manuel Ruiz y Rafael Soto.

Sánchez destacó por encima de todo que el reconocimiento a la jinete sanluqueña, aunque afincada en Jerez desde hace años, “es un premio a la ilusión que desde niña tuvo por conseguir su sueño, que no era otro que ser jinete de la Real Escuela y dedicar su vida al caballo. Es un premio al apoyo de su familia, sobre todo el de su padre que como jinete, debió comprender las aspiraciones de su hija, y es un premio a la superación, a la constancia, al esfuerzo, a las horas de trabajo y a la dedicación que esa profesión requiere”, continuó la alcaldesa.

Previamente, fue Laura Álvarez, teniente de alcaldesa y miembro del jurado de este premio, quien dio lectura al acta de este jurado, que tras su reunión el pasado mes de febrero, consolidó la propuesta realizada por el director de la Real Escuela, Jorge Ramos, y sus propios compañeros de la institución al ver a Belén como un ejemplo para que muchas mujeres puedan luchar por labrarse un futuro profesional en el mundo del caballo, convirtiéndose en un referente nacional e internacional con su trabajo y constancia.

La protagonista del día, Belén Bautista, compareció en el Depósito de Sementales vestida con el traje de gran gala de la Real Escuela de Arte Ecuestre y montando a Infante, un caballo español del hierro de la Real Escuela. Lo hizo además arropada por su padre, Manuel Bautista, y una serie de jinetes (entre ellos ocho de la Real Escuela y un alumno) a los que había invitado personalmente y entre los que se encontraban nombres como el de Manolo Ruiz o el que ha sido su profesor en la institución, Rafael Soto, por citar a algunos. Además, estuvo también acompañada por un landó enganchado a la cuarta con cuatro caballos de pura raza española y de capa castaña.

Belén Bautista agradeció el reconocimiento por ser el colofón a una carrera de superación, acordándose especialmente de sus padres y hermanos, por ese apoyo incondicional, y por “animarme a seguir luchando”. También tuvo palabras de elogio hacia sus compañeros de profesión.

Precisamente, sobre este premio se pronunció posteriormente el director de la Real Escuela, Jorge Ramos, quien consideró que el Caballo de Oro “para nuestra querida Belén es todo un estímulo para los más jóvenes, y un reconocimiento a una vida de sacrificio, entrega y humildad. Es una gran satisfacción para todos sus compañeros de la Real Escuela”.