Adiós a Periquín 'Niño Jero', la eterna sonrisa del flamenco de Jerez
Obituario
El guitarrista fallece a los 68 años de edad tras no poder superar un cáncer de pulmón
La sonrisa del flamenco de Jerez nos ha dicho adiós. Sí, ha muerto Pedro Carrasco 'Niño Jero' a los 68 años. La noticia se confirmaba al filo de la medianoche de este viernes cuando la familia ha anunciado el fatal desenlace tras no poder superar un cáncer de pulmón.
A partir de las 10 de la mañana, sus restos mortales estarán la Sala Jaén del tanatorio de Jerez. La familia ha querido agradecer las muestras de cariño que están recibiendo desde que se conoció la noticia.
Pedro Carrasco Romero (Jerez, 1954-2023) había nacido en el corazón del barrio de Santiago y formaba parte de la generación del 50, una prolífica generación en la que han nacido artistas como José Mercé, Moraíto, Ripoll, El Gómez de Jerez, Fernando Gálvez, Capullo de Jerez, Mateo Soleá, Diego Carrasco, Vicente Soto 'Sordera' o Juan Moneo 'El Torta'.
Hijo de Manolito Jero, conocido artista jerezano que frecuentó las famosas ventas entre los años 60 y 70 junto a otros nombres propios del flamenco de Jerez como Tío Borrico, El Troncho o El Batato, comenzó a tocar la guitarra de la mano de Rafael del Águila, el gran maestro de su tierra, hasta adquirir una personalidad sobresaliente en su manera de tocar.
Fueron aquellas ventas míticas como Marival o Los Gitanos las que le abrieron las primeras puertas de los escenarios, para completar poco a poco una de las trayectorias más completas del flamenco jerezano de los últimos tiempos. Abanderó la eclosión de Lole y Manuel, trabajando mucho y bien con la familia Montoya, discurrió por movimientos vanguardistas de la época, como aquella Macama Jonda de José Heredia Maya a principios de los ochenta o las incursiones de Juan Peña El Lebrijano en nuevos territorios sonoros, y protagonizó algunos de los episodios más llamativos, para bien y para mal, de la Fiesta de la Bulería, acompañando indistintamente a Capullo de Jerez y El Torta durante más de una década.
Porque si algo siempre tuvo Periquín, como muchos lo denominaban, fue su sonrisa, nunca hubo una mala cara a cualquier situación, aunque sí algún reproche típico del que se dice en Jerez, el clásico 'aquí siempre trabajan lo mismos' o 'el flamenco es política'.
Vivió al límite, algo que le hizo tener tristes situaciones con la droga, y siempre cómo quiso y cuándo quiso hasta llegar a ser "el último mohicano", decía en una entrevista hace unos años. Sus inquietudes le llevaron incluso a grabar un disco como cantaor, bajo el nombre de 'Niño Jero y su banda' (principios de los noventa) que dejó para la posteridad el tema 'Pasa de moda'.
Fue siempre una persona muy querida, de hecho el próximo día 18, los flamencos de Cádiz le habían preparado un reconocimiento en la peña La Perla Cádiz con gran expectación.
Niño Jero se marcha sin terminar su gran disco en solitario que había empezado a grabar hace unos años en el Estudio La Bodega, pero lo hace dejando un toque propio y personal, una escuela que ahora siguen su hijo Manuel, su hermano Antonio y su sobrino Nono.
Su toque y su manera de entender la guitarra tenía vida propia, de esos que sólo con escucharlo sabías distinguir quién era, algo muy difícil más aún en el flamenco de hoy. Como decía su hijo Manuel 'nunca quiso evolucionar, pero ha sido artista de artistas'.
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