El presidente del Consejo Regulador del Brandy de Jerez, Evaristo Babé, quitó ayer hierro a la salida de las marcas señeras del solera, que explica en la difícil situación de las bodegas en el actual contexto de crisis. Tras recordar los ímprobos esfuerzos realizados en los últimos tres años por la institución para que la UE rebajara la graduación mínima de 36 grados que se requiere para el brandy, iniciativa que se encontró con el rechazo de elaboradores alemanes e italianos, Babé significó que “la bebida sigue siendo la misma salvo que con menos grados, algo que al fin y al cabo, no deja de ser una cuestión convencional”. “Las bodegas mantienen su apuesta por el Brandy de Jerez de gama alta”, señaló Babé, quien recalcó que, en consecuencia, la Denominación de Origen no se desmantela, sigue adelante, aunque hay que adaptarse a la realidad económica”. “Se abre una nueva etapa, con problemas de financiación, pero igual de ilusionante”.