Seguramente, a estas alturas del día, el número de followers de Carlos Granados de Dueñas le habrá aumentado considerablemente en sus perfiles sociales. Su nombramiento como nuevo gerente del Teatro Villamarta le hace saltar a la primera línea de actualidad dentro del mundo de la cultura en nuestro país, pues dentro del universo teatral nacional, el peso del coliseo jerezano, tanto a nivel de lírica como de flamenco, es una realidad.

Hasta ahora este jerezano, nacido en 1988 y con estudios en musicología e historia, había adquirido experiencia previa en el sector trabajando en el propio Teatro Villamarta, y posteriormente como asistente de dirección en el Teatro de la Zarzuela.

Su llegada a la gerencia del teatro se produce tras un concurso público convocado a finales del pasado mes de noviembre por parte del gobierno municipal, al que se han presentado, según oficializó ayer el propio Ayuntamiento, 18 solicitudes. 

El elegido fue presentado ayer al patronato de Fundarte, en una reunión mantenida en el Consistorio y donde explicó brevemente cuáles serán sus líneas a seguir una vez que tome el mando del teatro, a la deriva desde que se marchó Isamay Benavente el pasado 1 de noviembre.

Su nombramiento oficial no se producirá hasta el próximo viernes 19 de enero, cuando se ha convocado de nuevo al patronato para que la propuesta del gobierno local sea aprobada (que lo será porque hay mayoría).

Ligado a Villamarta

En Jerez, Carlos Granados estuvo desde muy niño vinculado al mundo de la cultura gracias a su madre, unida al coro del Villamarta en sus primeros años de vida, y que le inculcó el respeto y amor por ella, llevándole desde pequeño a conciertos de ópera y zarzuela. De hecho, con el teatro jerezano mantuvo desde muy pequeño una conexión (escolanía, ballet...) hasta que antes de cursar sus estudios (primero en Madrid y luego en Granada), comenzó a trabajar como ayudante de regiduría, avalado por Carmen Guerra, responsable de este departamento en el teatro, tanto en su tierra natal como el Kursaal de San Sebastián.

Tras ampliar experiencia en Jerez, pone rumbo a la capital de España para completar sus estudios, y una vez finalizados entra a formar parte del Teatro de la Zarzuela. Allí aprenderá de su máximo responsable, el escenógrafo Daniel Bianco, que le nombrará asistente de dirección, aunque a su vez también llevará a cabo trabajos de producción y de dirección escénica. En total, ha desarrollado estas funciones durante los últimos cuatro años. 

Durante todo este tiempo, Carlos Granados ha mantenido el contacto con el mundo de la cultura en Jerez, desde la academia de danza de Belén Fernández, donde estuvo matriculado durante varios años (tiene un grado medio de danza), a músicos de carrera que han coincidido con él durante su formación. Además, y gracias a su vinculación con el Teatro Villamarta, controla a la perfección terrenos específicos como el de la zarzuela o la lírica. De hecho, el propio Ismael Jordi, tenor jerezano, ha avalado su llegada a la gerencia del teatro de su tierra.

Asimismo, el nuevo gerente, como así reconocen desde el Ayuntamiento, domina varios idiomas, inglés y alemán, además de un buen nivel de italiano.

Lo que se avecina

Una vez anunciado su nombre, el jerezano deberá afrontar un panorama nada cómodo, principalmente por los problemas económicos que se arrastran. 

Hay que recordar que Fundarte, la fundación que gestiona el coliseo jerezano desde 2017, terminó 2022 con casi seicientos mil euros de pérdidas. A la espera de conocer los números del último ejercicio, el de 2023, es evidente que el teatro necesita un cambio de modelo, un modelo en el que, tal y como han reconocido sus antecesores en el cargo, la aportación municipal se antoja fundamental. 

No hay que olvidar que Fundarte no sólo es la máxima responsable del Teatro Villamarta, sino que durante los últimos ocho años, bajo el mandato del PSOE, también ha gestionado toda la programación flamenca de la ciudad (Fiesta de la Bulería, Viernes Flamencos, Día del Flamenco...). A ello hay que añadir que en el último año Mamen Sánchez le incorporó también todo lo relacionado con el Museo Lola Flores, y hace apenas mes y medio, el nuevo gobierno del PP le ha endosado la gestión del Museo del Belén.  

María José García-Pelayo ya dejó claro nada más llegar al gobierno que “tenemos claro es que, si la cultura va a ser uno de los protagonistas del próximo mandato, el Villamarta  tendrá un papel esencial por lo que su gestión hay que potenciar. No solo hay que intentar tener una programación de calidad sino también accesible a todos”.

Con el Festival de Jerez a la vuelta de la esquina, que será sin duda el mejor escaparate para su presentación hacia el exterior, el nuevo gerente está obligado a llevar a cabo cambios en el funcionamiento del teatro o, en caso contrario, garantizarse que las pérdidas sean cubiertas por el Ayuntamiento u otra administración si no quiere volver a caer en causa de disolución, como ya ocurrió en 2016 con la Fundación Teatro Villamarta.

Los que le conocen aseguran que, además de una gran formación, tanto a nivel académico como de experiencia profesional, sabe bien lo que quiere y por encima de todo, es un perfecto conocedor de la idiosincracia de la ciudad y también de todo el personal que conforma a día de hoy el Teatro Villamarta.