Comisión de la Sierra de Cádiz

SI tuviera que calificar la decisión por parte de la Confederación de Empresarios de la provincia de Cádiz de crear una Comisión de la Sierra de Cádiz, definitivamente este calificativo sería el de acertada o brillante. Calificar mi decisión de asumir la presidencia de dicha Comisión me resulta mucho más difícil. Creo que el tiempo decidirá si ha sido valiente o temeraria. Y digo esto, no por falta de ganas de encabezar un proyecto tan ilusionante, sino por la complejidad de la tarea que supone abordar las cuestiones relativas a un territorio tan amplio como es la Sierra de Cádiz, con un escenario empresarial tan variopinto, heterogéneo y, fundamentalmente, con la idiosincrasia de tantos pueblos. Pero este aparente embrollo de calificativos elegidos para definir una zona tan querida por mí como lo es la Sierra de Cádiz, han quedado en un segundo plano tras la primera reunión que recientemente ha celebrado esta Comisión de la Sierra. Dicho encuentro contó con la asistencia de casi 20 personas que se habían desplazado desde todos los puntos de la Sierra, desde Olvera hasta Prado del Rey, desde Grazalema hasta Villamartín, pasando por Zahara de la Sierra, Arcos de la Frontera, e incluso también se contó con la presencia de representantes de organizaciones sectoriales de otros puntos de la provincia. Así, el escenario inicial de incertidumbre se tornó inmediatamente en un proyecto cargado de ilusión. Puestos a trabajar desde ese primer encuentro, en dos intensas horas se marcaron las pautas para dar contenido a esta Comisión de cara al futuro, pero con unas ideas muy claras desde el inicio: identificar problemas y soluciones comunes para el empresariado de la Sierra, integrar el territorio serrano en todos los mecanismos ya puestos en marcha por parte de la CEC y, lo que es fundamental, levantar la voz de un colectivo que, quizás por desidia propia o por las propias limitaciones del territorio, tradicionalmente no se ha hecho notar. Así, entre las medidas necesarias para el desarrollo socioeconómico de esta comarca, en esta reunión mantenida por la Comisión se ha destacado la necesidad de adoptar determinadas medidas tales como la creación de un vínculo de comunicación fluida con las distintas administraciones, la mejora las infraestructuras (entre ellas la conexión con la Costa del Sol), el desarrollo de suelo industrial, la solución de los problemas de suministro eléctrico que sufre esta comarca y también la necesidad de diversificación económica y de formar a los jóvenes en los oficios tradicionales y estimular la creación de empresas, para que la población de la Sierra pueda desarrollar su trabajo en su lugar de origen. Desde fuera, históricamente, se ha identificado a la Sierra con la piel, con la agricultura o, últimamente, con el turismo, pero a los propios serranos les asombraría la cantidad de industrias que con el esfuerzo de hombres y mujeres de la Sierra se han ido creando y que son el futuro de nuestros pueblos y de nuestra gente: industria agroalimentaria, textil, construcción, materiales de construcción, comercio…Industrias que, junto a un entorno envidiable para la calidad de vida, hacen de la Sierra un territorio con un futuro que los propios serranos tenemos que aprender a valorar y a exportar.