La distancia más corta entre dos puntos es la línea recta. Si la inmensa mayoría de las bodegas del Marco -y en este caso suponen el 95 por ciento del volumen total de ventas del sector- están en contra de la comercialización en 'Bag in Box' de los productos amparados por las denominaciones de origen del vino de Jerez y la Manzanilla de Sanlúcar y la Junta de Andalucía interpreta que las normas del Consejo Regulador se prestan a equívoco, el camino más fácil, rápido y lógico es cambiar el texto para que refleje el sentir mayoritario. En otras palabras, no tendría sentido que se impusiera el criterio de la minoría por una redacción que se presta a la confusión.

A propuesta de la patronal bodeguera Fedejerez, en el orden del día de la sesión plenaria del vino del próximo martes se incluye una propuesta para la modificación de los pliegos de condiciones del jerez y la manzanilla a fin de que no haya lugar a dudas sobre la prohibición del uso de envases distintos al vidrio para la distribución de los vinos protegidos que tengan por destino el consumo humano. Salvo sorpresa mayúscula y del todo improbable, la propuesta será aprobada por una holgada mayoría de los vocales del pleno.

El fondo de la cuestión es lo que importa. El texto final de la propuesta se enriquecerá posiblemente con las aportaciones que realicen los vocales durante la celebración del pleno del martes, pero lo que no cambiará será el objetivo último de esta medida, con la que se quiere poner fin a largos meses de disputa entre los partidarios del Bag in Box -un reducido grupo de operadores integrados en la Asociación de Bodegas Artesanales de Sanlúcar- y los detractores -encabezados por las grandes bodegas del Marco, tanto del jerez como de la manzanilla-.

La propuesta de modificación del texto se ceñirá, en líneas generales, a las sugerencias realizadas por la Junta de Andalucía, que en un informe remitido al Consejo Regulador hace una semana cuestionaba que la prohibición del uso del 'Bag in Box' en el canal horeca al entender que los hoteles, restaurantes y catering escapan al "consumo directo" al que se sujeta en el texto la obligatoriedad del uso del vidrio y de otros envases que autorice el Consejo para la comercialización de los vinos amparados por las denominaciones de origen.

Se trata, por tanto, de una modificación simple, pues basta con suprimir el término "directo" vinculado al consumo del vino protegido, y en todo caso precisar que esta regla se aplicará a todo producto que tenga por destino el consumo humano, para dejar claro que la mayoría del sector está en contra de un envase que, a su juicio, daña la imagen y el prestigio de las denominaciones de origen.

La Junta, en cualquier caso, tendrá la última palabra, toda vez que la aprobación de la propuesta de modificación requiere del visto bueno de la Consejería de Agricultura, que ha tardado demasiado tiempo en pronunciarse para no verse salpicada por un asunto que trae cola.