Un hospital en el siglo XVI. Un convento de los hermanos agustinos hasta que tras la desamortización de Mendizábal quedó abandonado. Un cuartel de Infantería y Guardia Civil cedido en 1868. Dependencias municipales desde 1990, dando ‘cobijo’, hasta la actualidad, a dependencias de Urbanismo. Y, a partir de hoy, camino de albergar un gran centro de negocios. El edificio de San Agustín vuelve a transformarse para adaptarse a las “nuevas necesidades” de la ciudad. 

La alcaldesa, María José García-Pelayo, y el delegado Especial del Estado del Consorcio de la Zona Franca, Jorge Ramos, presidieron ayer el acto de inicio de las obras de rehabilitación del convento de San Agustín para su conversión en centro de negocios y servicios empresariales. Un proyecto estratégico que tiene como objetivo servir de apoyo a los emprendedores y autónomos de la zona, y que contempla una inversión de cuatro millones de euros, financiados con Fondos Feder, a través del Consorcio. Al acto también asistieron el subdelegado del Gobierno en Cádiz, Javier de Torre, miembros del gobierno municipal, así como representantes de los sectores sociales y económicos de la ciudad, además de personal técnico de Zona Franca y del Ayuntamiento. 

“Esta actuación demuestra la apuesta clara de Zona Franca hacia el mundo de los emprendedores. Este edificio, que esperamos que sea una realidad en el plazo de un año, será la casa de esos empresarios que tienen que dinamizar el tejido económico de la provincia”, aseguró Ramos. El delegado de Zona Franca remarcó que este centro viene además a completar el equipamiento que la institución posee ya en la provincia, puesto que “tendremos en un corto espacio de tiempo, la red más importante de centros de negocios de edificio de oficinas, con clara vocación económica y comercial, sumando ya cinco centros en este territorio”.

Con la declaración de que “Zona Franca ha venido para quedarse en Jerez”, Ramos demostró la clara predisposición que la institución tiene por seguir colaborando con el Ayuntamiento para sumar recursos. “No damos por amortizada una deuda que teníamos pendiente con el Ayuntamiento con un convenio que nunca se llegó a materializar con fecha de 2008.Creo que ésta es la mejor forma de empezar a pagar esa deuda”, declaró Ramos. El delegado Especial del Estado del Consorcio añadió que en época de crisis “hemos sabido hacer los deberes, y hoy estamos en disposición de saber qué queremos hacer, dónde y cómo debemos hacerlo. Y reitero, Jerez tiene un papel fundamental en ese modelo económico del que queremos dotar a la provincia. Esta ciudad tiene que seguir presente en las actuaciones que hagan las administraciones y, en este caso concreto, en lo que haga Zona Franca”.  

De esta forma, Ramos remarcó que esas actuaciones tienen que basarse en “proyectos serios y consensuados, porque, al final, todos debemos remar exactamente en la misma dirección”. 

En la misma línea que el delegado de Zona Franca, la alcaldesa también habló de consenso, compromiso y revitalización. García-Pelayo señaló que la creación de este equipamiento es “una buena noticia para Jerez porque supondrá un enorme estímulo para la economía local y contribuirá a revitalizar el centro y la vida comercial”. Sin perder como principio que estas obras no sólo suponen la rehabilitación de un magnífico espacio, sino también un futuro de empleo, la alcaldesa subrayó que “hoy es un día importante porque iniciamos una obra que va a permitir restaurar nuestro patrimonio y ponerlo a disposición de los pequeños y medianos empresarios.

Y además, no sólo vamos a tener aquí a disposición de los emprendedores 49 despachos, sino que también va a estar aquí el espíritu de Zona Franca, que junto a los empresarios, van a hacer equipo para que los proyectos tengan desarrollo en la ciudad”. La regidora popular puso también en valor la reurbanización de la calle Puerto, que mejorará su imagen y accesos gracias a una “nueva arboleda y nuevas áreas de estacionamiento para autobuses turísticos, que es una reivindicación histórica”. 

Recuperación y creación de un espacio moderno

El proyecto contempla la restauración y consolidación de los restos de este antiguo claustro, por lo que tiene un interés múltiple debido a su valor cultural, histórico y artístico. Se centra en la recuperación del claustro principal como espacio polifuncional y de un edificio anexo al mismo; el inmueble en su conjunto tiene una parte ya rehabilitada que se encuentra actualmente en uso, que es el entorno del patio de novicios, que alberga oficinas municipales.

La obra contempla las siguientes actuaciones: consolidación estructural, reconstrucción de las zonas derrumbadas, adecuación estética del inmueble y la puesta en uso del edificio. Además, se prevé un incremento de la superficie construida mediante el aumento del volumen edificado, para lo cual se construirán entreplantas en el edificio principal, y se pasará de dos a tres plantas en el edificio anexo.

El claustro principal se cubrirá mediante una bóveda acristalada de “última generación”, con miras a convertir este antiguo convento en un moderno centro de negocios con una superficie aproximada de 4.500 metros cuadrados, con 49 despachos de entre 14 y 66 metros cuadrados de superficie, sala de reuniones, usos múltiples y compartidos con espacios destinados al apoyo de las empresas que se instalen.