Voces empresariales

Renovarse o morir

DE entre las acepciones que el diccionario de la Academia tiene para la palabra crisis que, en su vigésimo segunda edición son siete, la tercera afirma que con este vocablo se puede designar "la situación de un asunto o proceso cuando está en duda la continuación, modificación o cese".

Esa es, dicho sea en términos generales, la situación actual del sector de la construcción y la promoción inmobiliaria que, noqueados desde hace ya mas de tres años, duda entre encontrar el camino de la modificación o el tirar la toalla y dedicarse a otras formas de negocio. Es decir, que lo que se está afirmando, en opinión mayoritaria, es que dejar las cosas como estaban y esperar a que escampe no parece ni lo lógico ni lo prudente porque, aunque como dicen los árabes "esto también pasará", nada volverá a ser como antes y hay que estar preparados para la nueva situación

¿Qué horizonte tiene la construcción actual en España y en Andalucía? Nadie duda de que, en materia de infraestructuras, queda mucho por hacer, y no solo en carreteras y redes de ferrocarriles, donde tanto y tan bien se ha hecho, sino hidráulicas, portuarias o deportivas. En este campo, cuando las arcas públicas se saneen y el camino esté trazado, las empresas de obra pública reencontrarán posibilidades de trabajo y negocio.

En la vivienda, el estocaje se reabsorberá, bien es cierto que en algunas zonas tardará mucho y lo hará con grandes dificultades, pagándose así anteriores alegrías en la ubicación y precios de suelo incomprensibles. Cuando esto suceda, la demanda que existe y que puede cuantificarse en 400.000 viviendas/año tirará de la construcción y, si hay financiación, esas viviendas se colocarán en el mercado.

Luego está la rehabilitación. Nuestro parque de vivienda, amplísimo y con cierta antigüedad, necesita obras que van desde el simple mejoramiento (ascensores, baños, revoque de fachadas,…) hasta actuaciones más profundas en las que, salvo estructuras y poco más, todo se cambia. Si en este campo la ayuda de la administración se mantiene y aumenta, habrá mano de obra colocada y trabajo mantenido.

Por estos caminos hay que andar, sabiendo que hay que tomar decisiones y que, aunque San Bernardo aconsejaba no tomarlas en tiempos de turbación, también es cierto que, en ocasiones, la disyuntiva es renovarse o morir.

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