Jerez

Sánchez Romate, una historia de 233 años

  • La compañía permanece en manos jerezanas desde 1781 Las claves: la calidad y su vocación exportadora

La historia es caprichosa. Fijáos en la paradoja: una de las primeras bodegas levantadas por un español que, a diferencia de sus 'hermanas', aún permanece en su antiguo emplazamiento, esa privilegiada zona de Santiago donde se juntan una triada de bodegas. No es la más antigua de las bodegas porque habrá que respetar la memoria de ese grandísimo emprendedor que fue Pedro Alonso Cabeza de Aranda y Zarco, pero sí una de las pioneras.

Los poco más de 35.000 metros cuadrados de las bodegas Sánchez Romate encierran mucha historia en cada esquina. Todo comenzó en 1781 cuando un santanderino, hombre de gran energía, sienta en Jerez las bases de la sociedad Sánchez Romate Hermanos. Debió ser hombre cultísimo, que fundó el colegio San Juan Bautista, germen del futuro Instituto Luis Coloma.

Sus sobrinos nietos Juan Magdalena, Manuel y Antonio Sánchez-Romate continuaron con el negocio. Les sucedió un hijo de este último, el gran político Juan Manuel Sánchez y Gutiérrez de Castro, duque de Almodóvar y antiguo inquilino del palacete de 'La Atalaya', anexo a la bodega. Pasó el tiempo hasta que en 1957 su pariente Alfonso Hoyos Sánchez, que había heredado el título, lo vende a una sociedad de jerezanos entre los que estaban Pablo y Antonio Porro Guerrero, Manuel Torreira Moreno, Avelina Iglesias Muras, María del Carmen Requejo y otros. La dirección de la compañía está ahora en manos de sus descendientes: Diego Torreira preside el consejo y Francisco Javier Requejo Bohórquez y José Ramón Porro Minondo ejercen como consejeros delegados con poderes ejecutivos.

La joya de la corona se llama 'Cardenal Mendoza', aquel brandy nacido en 1876 en recuerdo al insigne hijo del marqués de Santillana. Pero, ¿guarda algún secreto? Su proceso de envejecimiento parece la clave. 'Cardenal Mendoza' cuenta con ocho criaderas y una solera. Mantener la holanda estática hasta meterla en la octava criadera después de dos años para que siga su bajada por la escala puede ser importante. Y algo más, como explica un asturiano enamorado del jerez, Marcelino Piquero, director Comercial de la compañía, es su mantenimiento en botas envejecidas de Pedro Ximénez, lo que le otorga ese color más oscuro y sabor dulzón.

Pero no hay brandy sin vino, donde también se pone todo el corazón y el alma. El NPU (Non Plus Ultra) es uno de nuestros amontillados por excelencia y guarda una pequeña anécdota: En la Conferencia de Algeciras que se celebró en 1906 para dar solución a la primera 'crisis marroquí' entre Francia y Alemania, el duque de Almodóvar del Río, consejero nacional del Movimiento en 1943, ofreció brindar con NPU y, a cada brindis, los asistentes respondieron con júbilo al grito de NPU sin que el autor de las actas llegara a comprender muy bien a qué se referían.

Y su mascota Currito, icono de marca, también protagonizó otra pequeña historia después de que la compañía demandase al 'Tío Pepe' de Luis Pérez Solero, que entonces aparecía con el brazo en alto. Como casi todo entre nuestros bodegueros, la cosa no llegó a más. Solero bajó el brazo del 'Tío Pepe' y pelillos a la mar. Como irónico lamento, Solero escribió aquellos versos que comenzaban con el "Consejero nacional, que mandas bajar mi brazo..."

Hoy día, Sánchez Romate es una sociedad moderna que apuesta por la calidad y de una extraordinaria vocación exportadora. En los últimos días todos andan locos con 'el niño de la casa': Se llama 'Cardenal Mendoza Ángelus', un licor 'homenaje a la primavera de Jerez' que, cómo no, guarda también su historia. La de aquel capataz que maceró las cáscaras de naranja del antiguo patio en un par de botas de 'Cardenal Mendoza'. Fue tal el éxito por algo tan original y sabroso, que al ser preguntado se limitó a decir que sólo se había encargado de recoger "la parte de los ángeles del Cardenal".

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