La alcaldesa, Mamen Sánchez, encabezó ayer el traslado del Pendón de Jerez. Este año, el estandarte estuvo acompañado por el que es nuevo concejal más joven de la Corporación Municipal, el popular Jaime Espinar, continuando así una tradición histórica que le encarga durante las fiestas la custodia del símbolo. Destacó el día de ayer por la tranquilidad con la que se ha producido esta exposición pública de los políticos de la ciudad, pues en los últimos años la nota común era que hicieran protestas diversos sectores de la ciudad, principalmente de trabajadores municipales. Y de hecho, fue de la mano de una menor afluencia de público respecto a los últimos años.

La Banda Municipal amenizó el traslado hasta la iglesia de San Dionisio, a escasos metros de las puertas del Cabildo Viejo. En el templo, el canónigo Luis Piñero dirigió unas palabras a los asistentes, en las que hizo un repaso pormenorizado de la historia del Patrón, salpicada de cierta polémica al haberse interpretado en tiempos recientes que se había producido un error histórico al representársele con la cabeza sesgada. La figura que presidió el acto fue la del verdadero San Dionisio Areopagita. Asimismo, argumentó de la necesidad de jornadas festivas para ese tipo de celebraciones coincidiendo ello con el debate abierto al respecto de la posibilidad que en 2018 pierda el día de San Dionisio su condición de fiesta local.

Por su parte, el obispo de Asidonia-Jerez, monseñor José Mazuelos, tomó la palabra y realizó un alegato en defensa del encuentro entre el poder civil y religioso, que es una defensa de los derechos y libertades. El acto finalizó con el canto del Te Deum y posterior vuelta al Ayuntamiento del pendón, dejando paso a la entrega de los premios Ciudad de Jerez, que se celebraron al mediodía en los Claustros. Más tarde, una eucaristía solemne en la iglesia de San Dionisio ha puesto colofón a una jornada festiva en la que esta Iglesia local se da la mano fraterna con las autoridades civiles de la ciudad que conmemora a su Patrón.