Urbanismo anuncia mano dura con los abusos de los veladores del centro
Admite cierta permisividad y descontrol ante la proliferación de terrazas que exceden de las autorizadas
La delegación busca soluciones y habrá "más contundencia" con los incumplimientos
Jerez/La plaza de La Asunción se ha convertido en foco de las quejas vecinales en los últimos tiempos, pero no es el único punto negro en la caótica ocupación de la vía pública con veladores en el casco histórico, asunto que empieza a ser un quebradero de cabeza para los responsables municipales y en el que los incumplimientos están a la orden del día.
En el caso de La Asunción, por ejemplo, los vecinos critican que hay más veladores de los autorizados y que los mismos se ubican en función del sol, dificultando el tránsito de los peatones y el acceso a la iglesia de San Dionisio, también el de las personas con movilidad reducida, que tienen que sortear mesas y sillas para entrar a la parroquia por un lateral, ya que la puerta principal está flanqueada por una escalinata. Ayer la plaza amanecía en obras, las que realizan operarios municipales para habilitar un paso de cebra con cargo a un hostelero de la zona a fin de facilitar el servicio en los veladores, para lo que los camareros tienen que cruzar la calle José Luis Díez.
La Plataforma para la Defensa del Patrimonio también ha expresado a través de las redes sociales su malestar en lo que respecta a la proliferación de veladores en La Asunción, que considera una aberración por el valor histórico y monumental de los edificios enclavados en la céntrica plaza.
Pero hay otras calles y plazas del centro que están literalmente invadidas por veladores, carteles, toldos..., en algunos casos atornillados al suelo. Y también hay hosteleros que se han apropiado de la vía pública, en la que dejan estos enseres encadenados tras el cierre de sus negocios por falta de espacio en los locales para guardarlos.
Urbanismo admite que el asunto se le ha ido un poco de las manos, por lo que cree que ha llegado el momento de ser más estrictos, "más contundentes" en palabras del delegado del ramo, Francisco Camas, quien asegura que "los hosteleros tienen que entender que no todo es actividad económica y que ésta no puede estar en continua colisión con los intereses de los ciudadanos".
Al margen de la necesidad de buscar un equilibrio entre los intereses enfrentados, y de que se sea algo más permisivo en ciertas épocas del año, como Semana Santa o Navidad, las normas están para cumplirlas y el responsable municipal considera que hay que ser más beligerantes y regular mejor la disposición y el cobro de estos veladores. En parte, explica, también es por respeto a los que cumplen.
Hay mucho trabajo de concienciación que hacer, pero Urbanismo también quiere impulsar el trabajo que desarrolla el área de Disciplina Urbanística, aquejado por la falta de personal, ya que en la actualidad sólo cuenta con dos técnicos y uno de ellos está de baja.
Los vecinos no se atreven a denunciar por temor a represalias, pero el delegado municipal anima a que lo hagan, y recuerda que la información de los expedientes no es pública, por lo que se preserva el anonimato del denunciante. "No tenemos una Policía para eso, pero cuando hay una denuncia, Urbanismo está obligado a acudir", explica Camas, quien asegura que lleva tiempo trabajando en posibles soluciones a este problema y, de hecho, ayer mismo se abordó este asunto en una reunión en la delegación que dirige.
Ciudades vecinas, como Sevilla, también sufren este problema en sus centros históricos, señala Camas, quien no escurre el bulto en la responsabilidad que tiene Urbanismo y que está decidido a asumir para hacer posible la convivencia de los intereses de los comerciantes y los ciudadanos. Y no sólo en La Asunción, pues según el delegado municipal, también están trabajando en proyectos para otras zonas de concentración de establecimientos hosteleros como la calle Latorre.
Traslado de una boda a otra iglesia por una zambomba
El pasado mes de diciembre se registró una situación esperpéntica en San Dionisio, donde días antes de su enlace matrimonial, una pareja suspendió su boda en esta parroquia después de enterarse que el Ayuntamiento había autorizado ese mismo día la celebración de una zambomba multitudinaria en la plaza. No es la primera vez que la plaza sirve de escenario a este tipo de celebraciones festivas, en las que los organizadores instalan grandes barras junto a la fachada principal de la iglesia y los novios entendieron que la aglomeración de gente bebiendo deslucía por completo la ceremonia. Finalmente, y gracias a que diciembre no es un mes muy demandado para los enlaces matrimoniales, la pareja pudo casarse el mismo día que tenían previsto en la parroquia de Santiago.
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