La cara triste de Vista Alegre
Ciudad
La barriada de la zona Sur muestra un aspecto que empeora a cada año que pasa y que se erige en un peligro para los vecinos.
Abandonados de la mano de Dios, los vecinos de la barriada Vista Alegre sufren una precaria situación que se inició hace bastantes años. Sin respuesta por parte de la administración responsable, los propietarios de las viviendas están ya hartos de tener que vivir sin contenedores, bancos o papeleras. De la misma forma, se ven obligados a convivir con losas levantadas, escalones rotos, basura, heces de animales, ratas e incluso aseguran que alguna que otra serpiente.
Las obras del Parque Cornisa, la accesibilidad de las calles Isabel Marín y Vista Alegre y la eliminación de jardines para convertirlos en plazoletas en las que los niños puedan jugar eran objetivos contemplados por el Plan Urban. Sin embargo, este plan caducó el pasado 31 de diciembre y a día de hoy nadie sabe qué va a ocurrir con todos estos propósitos.
Este Diario ya se ha hecho eco del problema de la voz del presidente de la asociación de vecinos, Óscar Cosano, y de otros propietarios. Además de todo esto, se vive con miedo constante. La escasa presencia policial -según denuncian los vecinos- hace que los robos del cableado en repetidas ocasiones dejen sin luz a este distrito.
En la anterior legislatura y con el mencionado Plan Urban se comenzaron a tomar medidas que se cancelaron con la finalización del mismo. Refiriéndose al Parque Cornisa, Óscar Cosano señala que "está todo ahí tirado, todo va al parque". "Días atrás limpiaron algunas zonas, pero las bolsas de basura no yacían junto a los contenedores", aclara el presidente de la asociación. Junto a esto, el panorama es desolador: cables pelados, latas oxidadas e incluso un viejo casco de moto descolorido por el sol.
Además de esta suciedad -y volviendo a la escasa presencia de agentes de policía-, recalca el vandalismo que se vive a menudo. "Allí enfrente de esa farola había otra. Pues la arrancaron con una furgoneta y se la llevaron para venderla como chatarra." De igual forma, son constantes las candelas en medio de dicho parque, de las que los residentes se quejan ante la posibilidad de que se descontrole y se provoque un grave incendio.
Aunque hace algunos años se asfaltaron algunas calles, hoy en día siguen surgiendo problemas. "A ver si nos ponen una acera aunque sea, porque es únicamente salir de la puerta de nuestras casas y encontrarnos con coches circulando a una velocidad impresionante", afirma una vecina. Reclaman, al menos, que se pinten todas las calles y que a todas se les pongan señales para evitar accidentes.
Más de dos semanas han pasado desde que se recurriera por primera vez al control de plagas del Ayuntamiento. Las ratas que campan a sus anchas por la zona, también sin ninguna solución. No existe contenedor de cartón en todo el barrio, e igualmente no hay contenedores de repuesto, cuyos costes son bastante elevados.
Todo este caos en el que se encuentra este barrio de la zona sur de Jerez fue observado el pasado jueves 21 de julio por Santiago Sánchez, de Ganemos Jerez, tras una solicitud vecinal. Durante este año de gobierno, y en palabras del propio Óscar Cosano, las reuniones con Francisco Camas, teniente de alcaldesa de Urbanismo, "no han servido para mucho. No existe respuesta a la pregunta de qué ocurrirá con las obras del Plan Urban, que son tan necesarias".
Ante este abandono, ha sido un colectivo vecinal el que se ha visto obligado a luchar por sus propias viviendas, calles y mobiliario. Son muchos escritos mandados desde los administradores de los bloques por falta de baldeo en tramos de calle, "pero no existe respuesta verbal ni escrita", afirman.
"Todos los políticos de la ciudad conocen ya a los vecinos y a nuestro barrio y, por consiguiente, el lamentable estado en el que se halla. Son demandas indispensables, pero no sabemos quién nos va a ayudar y llevamos ya más de un año sin ningún tipo de plan ni esperanza", señala Óscar Cosano, que afirma también que en estos momentos "sólo nos apoyamos en la prensa local, que es la única que puede darnos voz para afrontar estos problemas que crecen cada día y que a nadie, salvo a los vecinos, parecen importarles."
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