Una veintena de aficionados y profesionales de Cádiz y Sevilla se dieron cita el pasado lunes en Grazalema para disfrutar de un diálogo entre los vinos de la bodega jerezana Emilio Hidalgo, fundada en 1874, y la música en Casa Martín 1920, el centenario negocio familiar resucitado por Sergio Nieto y ganador de la última edición del Premio Pilar Plá Pechovierto al emprendimiento.

Un maridaje entre los jereces presentados por el bodeguero Juan Manuel Hidalgo y la guitarra flamenca de Antonio Higuero en la que cada estilo y crianza de los vinos de Emilio Hidalgo entabló un diálogo con los distintos palos del flamenco a través de esta cata única del restaurante grazalemeño, defensor como pocos de los vinos de Jerez. 

Juan Manuel Hidalgo compartió con los presentes la evolución de cada uno de los 14 vinos seleccionados para la cata, con los acordes de la guitarra de Higuero de fondo y salpicada por las anécdotas contadas por Sergio Nieto.  

Juan Manuel Hidalgo, de Bodegas Emilio HIdalgo, y Sergio Nieto, de Casa Martín 1920, junto a los vinos de la cata.

A modo de bienvenida, Higuero interpretó una taranta compuesta por el artista jerezano, a la que siguió una alegría, que acompañó los primeros sorbos de Mosto 2023 del pago de Añina y Fino Mantecoso 2023 con una crianza de ocho años.

Acto seguido se cataron La Panesa saca aniversario de la solera del fino, formato Magnum 2023, con crianza de 16 años; La Panesa saca de guarda 2020 y La Panesa saca de guarda 2018, plena de finura y potencia tras más de cinco años en botella, con los acordes de una bulería de fondo.

Para la soleá, el bodeguero eligió Fino Amontillado natural saca directa de bota marzo 2023, Amontillado El tresillo 2023 de 16 años de crianza y el Oloroso de 3 años de saca especial.

Oloroso de 50 años saca especial y Palo Cortado Marqués de Rodil de saca de guarda 2019 dialogaron con la taranta, y Pedro Ximénez CZ hizo lo propio con el tango.

El tiempo hizo de la concentración de Amontillado El Tresillo 1874 solera fundacional y un oloroso viejo de 70 años, cargados de llanto, lágrima y vida plena, el diálogo perfecto con la seguirilla.

Santa Ana 1861 Pedro Ximenez aportó la sutileza dulce para poner el broche a un día de ensueño en Casa Martín 1920, donde los sueños del vino y el arte maridan a la perfección.

Durante y con cada vino hubo un acompañamiento culinario marca de la Casa Martín 1920, que María Roldán preparó tras la barra de quejigo de más de 500 años: queso de oveja de grazalema con más de dos años de curación, jamón ibérico de bellota, hueva de maruca, sashimi de atún rojo salvaje de almadraba de Barbate, sobrasada ibérica de bellota, migas de rabo de toro y paté de cierva, entre otras exquisiteces que hicieron disfrutar de un maridaje enogastronómico y flamenco en perfecta armonía.

Antonio Higuero estuvo sublime con su guitarra; Juan Manuel Hidalgo, con los 14 vinos, felizmente desprendido; Sergio Nieto y María Roldan, afortunados de sentir el cariño y el respeto por una cata de ensueño para el recuerdo. Una tarde llena de historias y recuerdos que concluyó con el degüelle de dos botellas de espumoso de José Manuel Bustillo, de Viña La Zarzuela en el jerezano pago de Añina.