Vinos de Jerez

El futuro del viñedo de Jerez es la uva palomino

  • El plan estratégico busca respuestas desde el punto de vista vitícola al actual déficit de materia prima agravado por la sequía y el cambio climático 

  • Vinos y vinagres de la DO, vinos de pasto y el 'Sherry Cask' se nutren de uvas autóctonas como la palomino frente a la diversificación con nuevas varietales sobre todo tintas de los tiempos de excedentes

  • La Junta y el sector del vino firman un plan de futuro para el viñedo de Jerez 

Corta de la uva en un viñedo del Marco de Jerez durante la última vendimia.

Corta de la uva en un viñedo del Marco de Jerez durante la última vendimia. / Manuel Aranda (Jerez)

El viñedo del Marco de Jerez ha pasado de una grave situación excedentaria, que propició el arranque de un tercio de la superficie inscrita en la Denominación de Origen para reducirla hasta las 7.000 hectáreas actuales, al déficit de producción, agudizado en los últimos años por la sequía, el cambio climático y la bajada generalizada del rendimiento de las viñas -menos de 8.000 kilos por hectárea frente a los 10.500 de la media histórica-.

En este contexto, la Estrategia del Viñedo del Marco auspiciada por la firma del convenio suscrito ayer por la Consejería de Agricultura y la Conferencia Andaluza de Denominaciones de Origen (CADO) determinará si la actual escasez de materia prima en el marco de Jerez es coyuntural o si, por el contrario, es un problema estructural. 

Precisamente, el trabajo de campo y las entrevistas para el diagnóstico sobre el viñedo de Jerez en el que trabaja desde hace ya algún tiempo una consultora externa analiza, entre otros, la viabilidad a medio y largo plazo del viñedo jerezano atendiendo a su capacidad de producción y la autosuficiencia para las necesidades tanto de los vinos y vinagres amparados por la Denominación de Origen como de otros productos, en pleno auge, que también se nutren de la uva palomino.

En los tiempos de excedentes que ya forman parte del pasado, también con el apoyo de la Junta de Andalucía, la apuesta fue la diversificación con la incorporación de nuevas varietales, sobre todo tintas, una de las posibles soluciones apuntadas durante la firma por la consejera de Agricultura. Superada la fiebre tinta inicial, la tendencia ahora la marcan los vinos blancos de pasto, amén de otros negocios pujantes como el envinado de botas o 'Sherry Cask' para el envejecimiento de whisky y otros destilados de calidad.  

Puede que la diversificación varietal pueda ser una alternativa para frenar la sangría del viñedo en otras zonas productoras andaluzas, pero a priori, el futuro del marco de Jerez apunta más bien a la necesidad de un refuerzo de la palomino, y otros vidueños tradicionales rescatados para la DO -vejeriega, perruno, cañocazo, pie de rey, mantúa-, de la que se surten tanto los vinos de pasto como el envinado de botas, negocio que 'consume' ya la mitad, si no más, de la producción anual de uva y mosto calificado.

El estudio iniciado en Jerez, y cuyas conclusiones se extrapolarán a las zonas productoras de vinos tradicionales andaluces, abordará todos los factores que influyen en la producción del viñedo del marco -variedades de uva, clones, técnicas de cultivo, poda, posibilidad de riego...- con idea de optimizar los recursos disponibles y complementarlos con otras acciones que redunden en su viabilidad. 

El plan director es el "tema estrella" de la Comisión del Viñedo creada hace dos años en el seno del Consejo Regulador, lo que dio pie a que la Conferencia Andaluza de las Denominaciones de Origen se hiciera eco de las inquietudes de los viticultores andaluces para trasladar a la Junta la necesidad de proteger un "sector estratégico" como el del vino. “Andalucía no puede ser un monocultivo de olivar”, manifestó en su momento César Saldaña en su doble condición de presidente del CADO y del Consejo Regulador del jerez. 

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