Jerez

La huella jerezana de Alfonso Dastis

  • El nuevo ministro de Exteriores pasó su infancia en la ciudad Sus amigos le recuerdan como trabajador y jovial Estudió en los Marianistas y en el Coloma. Su padre jugó en el CD Jerez.

A Alfonso Dastis no le hacía falta meter goles para ser necesario para su equipo, porque jugaba de mediocampista defensivo en aquel Marianistas que llegó a ser campeón provincial en el año 70 de categoría infantil. "Poncho (su mote desde niño) era más corpulento que el resto de sus compañeros, siempre jugaba de forma serena y tranquila a la vez que tenía un buen golpeo de balón", rememora más de cuatro décadas después el que fuera su entrenador, Carlos Díaz Chomón, un religioso que combinó su labor de profesor de matemáticas con la del fútbol. "Del actual ministro recuerdo que obedecía siempre mis decisiones, y que era muy educado, un compañero excelente, muy leal para ellos", añade.

Quien conoce el interior de los ladrillos rojos que delimitan el colegio de El Pilar-Marianistas sabe perfectamente que el deporte es una pieza fundamental en su filosofía educativa, pues favorece el trabajo en equipo, el compañerismo y el esfuerzo en común. Díaz Chomón, ya alejado de las aulas debido a su edad, recita de carrerilla la alineación de aquel equipo de chavales. "Como quedamos campeones, accedimos al campeonato del sector andaluz que se disputaba en Granada, pero tuvimos mala suerte y se lesionaron un par de jugadores, por lo que no pudimos disputar el campeonato nacional". Díaz Chomón cree que "nunca fue expulsado, al menos yo no lo recuerdo". Sería de extrañar, explica, "porque siempre fue muy correcto con los compañeros pero también con los contrarios". Ni malas patadas a destiempo ni piques verbales. Esos recuerdos son los más fuertes que guarda el ministro con Jerez, donde más se desarrolló su faceta social, porque a pesar de las amistades de la familia -sobre todo de su padre, que sí era jerezano-, es difícil encontrar muchos más rastros en la ciudad. De ello dan testimonio algunos de sus compañeros de equipo, como Manuel Barcell o Agustín Cárdenas, que hablan de 'Poncho' con la misma alabanza que los profesores que le trataron. 

El fútbol no resultaba indiferente en casa.De hecho, el padre del actual ministro, Antonio Dastis, probó suerte en el Club Deportivo Jerez en el año 42, un predecesor del actual Xerez C.D.. Antonio pasaría a ser conocido como 'Coco', y les pasaría a sus hijos la pasión balompédica llevándoles al estadio Domecq a ver al Xerez. Porque Coco era jerezano de pura cepa, se casó con una burgalesa, Natividad Quecedo, hija de un trabajador de la fábrica de botellas. El matrimonio engendraría cuatro hijos, Margarita, Antonio, Alfonso y Jesús. La primera vivienda del matrimonio, donde nacieron sus dos primeros hijos, estaba en la barriada de España. De allí pasaron a un campo en La Asunción donde nació Alfonso, ubicada en la zona donde hoy se yergue la parroquia de la barriada. Aquella finca marcó la infancia de los cuatro. "Tenían una alberca de riego, aquello en Jerez en los años 50 y 60 era casi como tener playa", rememora Juan Salido, amigo de la infancia de los dos hermanos mayores y que pasó muchos domingos en La Asunción.

El padre Antonio Pacheco fue su profesor de griego en los Marianistas. "Era un buen compañero, sonriente y alegre, con muy buenas notas. Se notaba su presencia con agrado", rememora. De los Marianistas pasó al instituto Coloma, donde culminó su formación de bachillerato. Cuando cumplió los 18, se marchó a Madrid a casa de su tía, Dora Quecedo, una autora de libros para aprender a leer bien avenida, que le ayudó a hacer frente a los años universitarios. El reto no era menor, pues en aquellos años en los que agonizaba el franquismo y arribaba la democracia los pasó estudiando Derecho en la universidad San Pablo-CEU. 

Sus intereses se centraron en el mundo de la diplomacia. Opositó  para la carrera diplomática. Su buen hacer le llevó a destinos tan importantes como Nueva York -fue asesor de la representación  española en la ONU-, o la embajada de Países Bajos, amén de otras labores como la negociación del texto de la después fallida Constitución para Europa. Si bien, su cargo más importante ha sido el de embajador ante la UE (técnicamente, como miembro del Comité de Representantes Permanentes de la Unión). Ha sido, en este sentido, la principal voz del Gobierno español ante las instituciones que, por ejemplo, tutelaron el rescate bancario de 2012 y  e imponen severos controles del déficit.

A primera hora de la tarde del jueves, el hasta ese momento embajador permanente del Reino de España ante la UE telefoneó a uno de sus hermanos. "No dejes de estar pendiente a la televisión", le dijo. Una persona de su entorno cuenta detalles sobre su trayectoria. "Los que hemos sido testigos directos de su esfuerzo sabemos que le han nombrado porque vale, desde bien jovencito se lo ha trabajado. Él nunca había hablado de ser ministro, no sé si en su fuero interno, aunque muchos pensábamos que era la persona perfecta", relata esta fuente.

En los últimos años ha vivido lejos de su esposa, pues ella trabaja en una importante firma de abogados de Madrid y él ha residido en Bruselas. Eso sí, desde hace algún tiempo su hija Lucía ha estado trabajando en la capital belga para la consultora Deloitte, en el departamento de Estrategias y Operaciones. Por contra, su hijo Jaime hace lo propio en Madrid, en el departamento jurídico de Gestamp, una gran empresa de componentes de automóviles. 

Los analistas y desde su entorno señalan que no es un político. "Simpatiza con el PP, pero nunca ha sido militante", explican. De hecho, en muchas sesiones del Congreso estará presente pero nunca podrá disfrutar del derecho al voto porque no es diputado. Deberá aguantar críticas de todos los colores políticos, pero, probablemente, debido a que no es un político, sino "un jurista entre los diplomáticos", como él dice, será juzgado por sus actos y no por condiciones partidistas.

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