Sucedió en Jerez

El inesperado final de la antigua Valdespino

  • Museos de la Semana Santa, de la Ciudad y, al final, Escuela de Idiomas, tres ideas para activar los 3.200 metros de la añeja bodega

Aspecto que presentaba lo que hoy es la Escuela de Idiomas.

Aspecto que presentaba lo que hoy es la Escuela de Idiomas. / Pascual

Buffete Cosano & Asociados Buffete Cosano & Asociados

Buffete Cosano & Asociados

La actual ubicación de la Escuela de Idiomas, en el edificio situado en la calle Ponce, tiene una historia que merece ser recordada. La instalación se levanta en lo que fueron las antiguas bodegas de Valdespino, un espacio que por su ubicación en el centro urbano se presentaba como el ideal para que se convirtiera en algún tipo de recurso turístico dada su cercanía con la Real Escuela, casi al lado del que fue hotel Palmera Gran Plaza, cerrado y desvalijado hoy en día, y a tiro de piedra del ya clausurado Museo Taurino de Alfonso.

Todo ese conjunto de activos llevaron a los munícipes a pensar en instalar algo. El primer paso lo dio Pedro Pacheco que reunió a la cúpula cofrade de la ciudad para enseñarle el lugar, anunciando que su idea era que allí se levantara el Museo de la Semana Santa de Jerez, tan traído y llevado y que aún sigue durmiendo el sueño de los justos.

En esos 3.200 metros cuadrados se instalaría un sistema multimedia para interpretar el movimiento cofrade local junto a su expresión en las calles además de piezas del patrimonio de las hermandades. Pero de Museo de las Semana Santa, nada de nada. Mejor el Museo de la Ciudad para interpretar Jerez desde el siglo XVIII con mucha tecnología, el alambique que allí estaba, que fue robado. Tendría un tabanco típico jerezano, un restaurante y salas para actividades culturales.

Todo esto se pensó entre 2003 y 2004. Pero en 2010, siete años después y tras haber obtenido una ayuda económica europea para el proyecto primigenio, llegó el cambio de gobierno y con él nuevas ideas.

El Psoe, aprovechando la puesta en marcha de los planes E que Zapatero activó para inversiones públicas en municipios, se cambió radicalmente el futuro de este espacio para que se convirtiera definitivamente en la nueva sede de la Escuela de Idiomas de la ciudad, hasta entonces instalada en la calle Taxdirt. Pilar Sánchez, dos años después del lanzamiento del Museo de la Ciudad, enterró esta idea para dar prioridad a la escuela dado que el centro educativo precisaba de nuevas instalaciones de forma urgente.

Este fue el recorrido que tuvo esta historia que al menos ha tenido un final adecuado. En cuanto a las otras ideas, museos de la Ciudad y de la Semana Santa, siguen en el cajón de los fallidos.

Imagen del ‘gigante único’ cuando la bodega estaba abandonada. Imagen del ‘gigante único’ cuando la bodega estaba abandonada.

Imagen del ‘gigante único’ cuando la bodega estaba abandonada. / Pascual

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