Tan solo con teclear la palabra amianto en los buscadores web puede verse que este material se traduce en problemas a largo plazo si se manipula o se encuentra en mal estado. Prevención, exposición, riesgo, peligros, daños o indemnizaciones son las primeras palabras que se vienen a la pantalla. Y es que el material desprende fibras que se ha demostrado son perjudiciales para la salud. El Parlamento Europeo lo declaró elemento cancerígeno laboral en 1978 y la Real Academia de la Lengua, por su parte, lo define de la siguiente manera: "Mineral constituido por silicato de cal, alúmina y hierro, que se presenta en fibras blancas y flexibles, es incombustible y tiene efectos nocivos para la salud".

La desaparición total de este material está estipulada para 2022. Pero, mientras tanto, en Jerez todavía hay dos centros educativos que cuentan con techos de este tipo. Según denunció el sindicato de profesores USTEA fechas atrás, tanto el CEIP Lomopardo como el San Juan de Dios tienen construcciones realizadas con amianto, y no son los únicos colegios de la provincia. Esto no debe causar alarma entre el profesorado ni entre los padres de los alumnos, pero sí debe preocupar a las Administraciones para su pronta retirada. Carlos Cabral, representante del sindicato, deja claro que "no podemos esperar hasta el último minuto para retirarlos".

Este material, también conocido como asbesto, es perjudicial a largo plazo y puede viajar por la atmósfera e impregnarse en la vestimenta incluso. De hecho, la compañía encargada de comercializar este tipo de material en su momento -cabe resaltar que su venta y construcción están prohibidos desde 2001- ha tenido incluso que indemnizar a afectados pasivos. Son personas que no trabajaban para la empresa pero que estuvieron expuestos a las fibras por distintos motivos, ya fuera porque lavaban la ropa del trabajador o porque vivían en un bloque con construcciones de este material.

Por esto el colegio de Lomopardo es el más afectado, aunque esperan una pronta solución, al igual que en el San Juan de Dios. La construcción de amianto que hay en este primer colegio lleva sin utilizarse desde principios de curso, porque, según señala su director Juan Manuel Gálvez, "este verano comenzó a romperse" y, con conocimiento y buena obra, no permite que nadie se acerque por allí. El único que ha entrado recientemente ha sido él, para retirar algunos utensilios. Y es que la construcción realizada con amianto en este colegio es bastante grande y se utilizaba como salón de actos.

Diferente situación viven en el colegio de San Juan de Dios, donde al menos de momento no se ha apreciado rotura ni desgaste alguno del material. De la misma forma, y como reconoce la directora, Lorena Orellana, la construcción de este centro "no es tan grande. Ellos lo utilizaban para distintas actividades tengo entendido y nosotros tenemos un cuarto de herramientas". La capacidad y el buen estado hacen que allí sí sigan entrando profesores para recoger utensilios de labranza del huerto.

De todas formas, la retirada del techo de Lomopardo es la que más urge. Desde el colegio apuntan que en menos de mes y medio se espera que esté lista la licitación, que no la actuación. "Lo suyo es que lo quiten lo antes posible", recalca Gálvez. El docente apunta hacia un cambio administrativo como causante de un aumento de las tareas. "Este tema se está trabajando de forma seria desde diciembre", afirma el director de este colegio que muestra su tranquilidad porque dice tener "constancia fehaciente de cómo van las gestiones". Fuentes municipales s señalan que en el caso de este centro la encargada de acometer las obras será la Junta de Andalucía, ya que la envergadura supera la responsabilidad municipal como mero mantenedor de estos edificios.

No obstante, el Consistorio sí se encargará de la rehabilitación de San Juan de Dios. Tal y como se había comunicado a la dirección del colegio días atrás, la teniente de alcaldesa y delegada de Educación, Laura Álvarez, presentará en el centro esta próxima semana el presupuesto elaborado por Urbanismo para la obra, anteponiéndose, según fuentes municipales, "la salvaguarda de las condiciones de seguridad y de salubridad de los alumnos a cuestiones relacionadas con el ámbito competencial de las distintas administraciones implicadas".

Los padres y madres de ambos colegios se han mostrado preocupados en diversas ocasiones, e incluso se han llevado a cabo distintas manifestaciones. A pesar de ello, el hecho de que los pequeños no entren en las instalaciones y la supuesta pronta retirada de este material de los centros -aunque aún no hay fecha estipulada- supone un alivio. Pero, aun con todo ello, la lucha contra el amianto debe continuar en las próximas fechas.