El conocido y veterano empresario hostelero de la ciudad Joaquín Marín Naranjo ha fallecido a las cuatro de la tarde de este martes 28 de abril a la edad de 82 años. Joaquín Marín, hostelero de toda la vida, se crió detrás de una barra, concretamente en la de la primitiva venta 'La Cueva', que era atendida por su madre, donde paraba todo aquel que pasaba por la antigua carretera de Arcos. Con el paso de los años Joaquín terminó en la barra y su esposa en la cocina de esa cueva que brillaba por los sabores que ofrecía a los viajeros.

Una vez que aquella carretera fue cerrada (hoy pasa a espaldas del hotel que construyó) levantó el Mesón La Cueva. Corrían los años 70. Con los años acometió una ampliación de un restaurante que se le había quedado pequeño. Fue en abril de 1992 cuando dio un paso adelante e inauguró el hotel La Cueva. Los primeros clientes que tuvo fueron los participantes en la Vuelta Ciclista a España que salió de la ciudad aquel año.

El ciclismo fue una de sus grandes pasiones. Hasta tuvo un equipo.

Hombre inquieto y arrojado en los negocios tuvo durante una época una cervecería en El Puerto de Santa María, llamada El Vapor. Su última inversión se produjo hace ahora seis años. Se trata de la cervecería La Rosaleda que se ubica en la avenida Alcalde Alvaro Domecq de la ciudad.

Tras empezar en la barra, poco a poco y tras ir creciendo las responsabilidades, acabó siendo el gerente de los tres negocios actuales (hotel, mesón y cervecería). Estuvo trabajando siempre, mucho más allá de la edad de jubilación, como recuerda Domingo del Castillo, profesional del grupo La Cueva y amigo del fallecido. Hace unos años su salud comenzó a deteriorarse y muy a su pesar se tuvo que retirar. Es imposible hablar de Joaquín y no hacerlo del deporte que siempre le entusiasmó: el ciclismo. Llegó a tener un equipo ciclista que, lógicamente, llevaba por nombre 'La Cueva'. Fue incluso homenajeado por la Federación Gaditana por su apoyo a este deporte. También fue socio del Xerez CD y mantuvo una relación cordial con numerosísimos ases del mundo del motor, tanto de las dos como de las cuatro ruedas. Ídolos como Fernando Alonso, los hermanos Márquez, Pedrosa o Lorenzo eran habituales de La Cueva cuando venían al circuito de Jerez. Los golfistas, entre ellos el recordado Severianio Ballesteros, también pasaron por las instalaciones, al igual que grandes figuras del toreo que hacían una parada en su constante ir y venir por los pueblos cuando estaban en plena temporada.

Marín, en las instalaciones del restaurante La Cueva.

El sector hostelero provincial le recuerda como “un histórico”, destacando la gran labor que realizó para promocionar Jerez y la provincia, así como el gran número “de enormes profesionales que se formaron en sus cocinas y barras”. Jerez le reconoció su dedicación haciéndole Rey Mago en el año 2000, responsabilidad que compartió con María José Santiago y Luis García Ruiz.

Su cuerpo será enterrado este miércoles en el cementerio municipal Nuestra Señora de la Merced tras un responso en la Iglesia del Tanatorio. Desgraciadamente, y dadas las actuales circunstancias debidas a la pandemia, tan sólo tres personas podrán acompañarle en ambas ceremonias. Descanse en paz.