Programación Guía completa del Gran Premio de Motociclismo en Jerez

Nuria Núñez Hierro. Compositora

“Con los niños no hay que ser paternalistas, sino arriesgar”

“Con los niños no hay que ser paternalistas, sino arriesgar”

“Con los niños no hay que ser paternalistas, sino arriesgar” / Miguel Ángel González (Jerez)

–¿Cómo nace su premiada vídeo-ópera ‘La Isla’?

–Comencé a interesarme en la composición de música contemporánea para niños en 2011, cuando trabajé con la JONDE (Joven Orquesta Nacional de España) en una pieza para la conmemoración del bicentenario de La Pepa, que se estrenó en Cádiz. Me gustó la experiencia de trabajar con jóvenes porque ellos tomaron la obra con la misma energía que tomaron la 'Novena' de Beethoven, que también iba en programa. Me hizo pensar en el paternalismo que hay a veces en las programaciones para jóvenes, que tendemos a sobreprotegerlos de nuevos lenguajes y sonidos porque pensamos que no los van a aceptar. También estuve viviendo y estudiando en Berlín y allí sí que es frecuente que en las programaciones para jóvenes haya piezas de nueva creación. En España hay una diferencia brutal al respecto porque aquí nos basamos en repertorio del siglo XVIII y XIX. Falta que los jóvenes se enfrenten a nuevos lenguajes y estéticas. Trabajé entonces en el musical ‘Bestiarium’, un teatro musical interactivo para público desde 6 años. Luego me surgió un encargo de la Ópera de Berlín para público de 2 a 4 años. Y respecto a ‘La Isla’, tenía una idea para hacer una ópera para 11 años de edad, que era la franja que me faltaba por explorar. Me dieron una beca Leonardo y la llevamos al Festival Ensems de Valencia, en 2019. En octubre pasado recibió un doble premio en los Yam, a Mejor Ópera y del Público.

–¿Cómo es el público infantil?

–Brutalmente honesto y la recepción siempre fue buena. No tienen prejuicios, no tienen un oído formado y aceptan cualquier tipo de propuesta.

–¿Le inspiran los niños a la hora de componer?

–Bueno, me inspira el modo de pensar que tienen y su libertad creativa y de manejar el lenguaje. A la hora de interactuar con ellos, siempre tienen una respuesta mejor de la que yo podría dar. La suya es más libre y la mía estaría condicionada por factores externos. En cada versión de ‘Bestiarium’, que estuvo en cartel de 2015 a 2019, incorporábamos o quitábamos cosas según la reacción de los niños. Es decir, había cosas que nosotros pensábamos que funcionarían bien porque eran comprensibles y fáciles y a ellos les horrorizaban porque notaban que las habíamos facilitado para ellos. Decidimos no ser paternalistas, sino ser arriesgados.

–¿Le gustaría que estos niños fueran un público diferente al adulto que va hoy a la ópera?

–Creo que estas producciones son una nueva vía para abrirles el mundo de la ópera, como a la más clásica. A los niños hay que hablarles con el lenguaje de hoy, que una ópera de 1791 no suena igual que en 2019. Se trata de mostrarles un repertorio de entonces y crear también un repertorio específico para ellos lejos de las facilitaciones. El repertorio clásico es fabuloso y debe seguir, pero también debería haber espacio para las nuevas producciones. Hay muchos compositores deseando acercarse a la ópera sin tener la oportunidad. Es una forma de crear ópera a pequeña o mediana escala que contribuye también a la generación de patrimonio.

–¿Hay reparo hacia la ópera contemporánea por parte del público adulto?

–No, creo que lo que falta es que la vea más integrada dentro de los teatros. Como se hace tan poco por eso se le tiene tanto miedo. No se ama algo que no se conoce. Hay que presentarla al público y en ‘La Isla’, por ejemplo, siempre llevamos un programa pedagógico parejo a las representaciones. Esa labor también se hace con adultos pero, como siempre, cuesta mucho dinero llevar nuevos montajes a escena. En muchos casos no les merece la pena el riesgo cuando tienen el teatro lleno programando algo de repertorio.

–¿Qué le sorprende más a los niños de estas propuestas contemporáneas?

–Pues que hay otros usos de los instrumentos. Es decir, que el piano no sólo se toca por el teclado, sino también en la caja de resonancia. O que los instrumentos de arco pueden producir otros sonidos apretando más o menos el arco o afinándolos de forma distinta. Que esos sonidos también pueden contar una historia, que también es música.

"Es importante que ahora se sigan encargando obras, eso ayuda a mantener la maquinaria encendida”

–¿Cómo ha sufrido la pandemia?

–Cuando pasó todo esto en marzo, no me avergüenza decir que me quedé bloqueada. Todo se fue cancelando o reprogramando. Cuando salí de ese estado, me puse a estudiar. Luego, las cosas que se habían caído han vuelto y ahora tengo más trabajo que antes de la pandemia. Sobreviviremos.

–¿Ha apostado España por una cultura segura?

–Sí. En Alemania por ejemplo se ha optado por cerrar. En España se está teniendo en cuenta lo que hay en juego, respetar esas medidas. Desde luego que la cultura es un entorno seguro en España. Es importante que se sigan encargando obras aunque no estemos seguros de si se podrán representar ahora o en un mes. Ayuda a mantener la maquinaria encendida.

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