El Ayuntamiento de Jerez anuncia la implantación, en el mes de abril, del contenedor marrón, llegando a 500 unidades repartidas por la ciudad durante este año. Esta implantación, según ha explicado el gobierno municipal, también supone la modificación del contrato de limpieza viaria y recogida de residuos e implica una campaña de concienciación. El delegado ha detallado que durante este primer año serán 500 contenedores en la ciudad, aunque el total de depósitos nuevos es de 1.500 (que se irán instalando durante el año 2025). 

"Actualmente el 41% de los restos de las bolsas que tiramos al contenedor gris es materia orgánica que no se está aprovechando. Fíjense la capacidad de reciclaje que tenemos. A partir del mes de abril sí se aprovechará esta materia orgánica, con la cual se obtendrá un compost que servirá para obtener fertilizantes y generar energía", ha explicado Jaime Espinar, teniente de alcaldesa de Servicios Públicos y Medio Ambiente.

¿Qué se echa en el contenedor marrón?

Lo que debe depositarse en este contenedor son restos de alimentos como pieles de frutas, espinas de pescado, plantas, cascaras de huevo o posos; o servilletas y papel de cocina usados.

Los restos impropios a este contenedor son los restos no orgánicos como objetos de cerámica, pañales, colillas, chicles, toallitas húmedas, arena para mascotas, pelo, polvo, etc.

Es importante meter bolsas en los contenedores, para mantener con mayor facilidad la higiene. Si el espacio no permite añadir un nuevo cubo, se pueden colocar bolsas independientes y diferenciarlas con etiquetas o colores.

La basura orgánica es aquella compuesta por desechos naturales y orgánicos. Son, en definitiva, todo aquello que se descompone de manera natural para volver a formar parte del ciclo de la vida. Los restos orgánicos deben tirarse al contenedor de color marrón para poder reciclarlos.

¿Para qué sirve el contenedor marrón?

Con los restos que se depositan en el contenedor marrón se puede hacer compost, biorresiduo que puede aprovecharse como fertilizante e incluso como generador de energía.

El compost es el abono formado por la mezcla de residuos orgánicos fermentados y materias minerales. El compost existe desde el nacimiento de las plantas verdes en la tierra. Cualquier vegetal que acabe en el suelo y se pudra con participación de oxígeno se transforma en compost. Sin embargo, el que no tiene la ayuda del oxígeno, se convierte en turba (carbón ligero de aspecto terroso y esponjoso) y finalmente en carbón por el efecto de la presión.

Todo residuo que se descomponga de manera natural deberá ser depositado en el contenedor marrón.

Una vez completado el proceso por parte del usuario, la materia orgánica llegará a una planta donde las condiciones adecuadas de ventilación, humedad y temperatura transformarán estos desechos en compost. Se trata de un producto estable e higienizado que puede utilizarse como abono, no contamina y forma parte del ciclo natural de la naturaleza.

La descomposición surgirá por la actividad de microorganismos como los hongos y las bacterias, que aprovecharán las condiciones provocadas para hacer su trabajo en un plazo de 10 a 16 semanas.