Jerez, tiempos pasados Historias, curiosidades, recuerdos y anécdotas

Tres toreros sin fortuna: 'El Jerezano', De la Rosa y Venturita

  • Manuel Lara 'El Jerezano', Juan Luis de la Rosa y Venturita fueron tres grandes toreros de Jerez que conocieron la gloria de tardes apoteósicas, pero también el infortunio de tardes aciagas. Al primero lo mató un toro; el segundo fue asesinado y en el mayor olvido acabó el tercero, al que la guerra rompió su brillante carrera taurina.

DE los tres, hablé ampliamente en mi libro de la "Historia del Toreo en Jerez". Y de los tres conté su peripecia vital en una inolvidable conferencia que pronuncié en el Casino Jerezano, organizada por la peña taurina "Los Trece". Recuerdo que lo primero que supe de Manuel Lara "El Jerezano", lo conocí de labios de su hija, llamada Soledad, a la que entrevisté para el semanario "Dígame", de Madrid, hace ya muchos años, en su casa de la calle Evora.

A Venturita lo conocí cuando aún toreaba y lo alcancé a ver más de una vez. Vivía en la calle Ancha, número 22, y allí fui a entrevistarle, para "El Taurino" de Alicante, donde yo colaboraba. Aquella tarde me acompañó el novillero Pepillo, Luego seríamos muy amigos, Y algunas veces, a la salida del Matadero, donde trabajó en sus últimos tiempos, gracias al alcalde don Alvaro Domecq, nos íbamos juntos para casa, ya que yo vivía muy cerca de la suya, no sin antes tomarnos una copa en el bar de su hermano Juan Luis, frente a la antigua Casa de Socorro de la calle Arcos.

Al que no pude conocer fue a Juan Luis de la Rosa del que tanto escuchara hablar a viejos aficionados, que lo solían poner por las nubes, como torero. Pero investigando se consiguen muchas cosas, hasta que descubrí que en Jaén vivía un sobrino suyo, llamado igual que el diestro y éste sería quien me aportase importantes datos, para la biografía de Juan Luis de la Rosa Jarquín, nacido en Jerez en 1900, aunque otras fuentes lo dan como nacido el 2 de febrero de 1901.

Todo lo que De la Rosa tenía de buen torero lo tuvo también de juerguista, derrochador y mujeriego. Hasta el punto de dilapidar en múltiples francachelas todo lo que ganaba en los ruedos. Y esa mala vida le llevó a que, con motivo de la guerra civil, fuera detenido en Barcelona, donde vivía, y fuera vilmente asesinado. Me lo contaba así su sobrino: "A mi tío lo asesinaron los rojos en Barcelona, pues se complicó la vida con una mujer francesa que tenía un amigo que era comisario y su misma madre delató el romance que tenía con el torero. Por celos, el comisario la detuvo a ella y, junto a él, los fusilaron a los dos, en el cementerio de Barcelona.".

De la Rosa tomó la alternativa, en la antigua plaza Monumental de Sevilla, el 28 de septiembre de 1919. Padrino: Joselito el Gallo y testigos Camará y Varelito, sustituyendo este último a Ignacio Sánchez Mejías, cogido en un festejo anterior, después de estar anunciado en el cartel de dicha ceremonia. "Celeste" se llamaba el toro de la alternativa de De la Rosa, marcado con el hierro de la ganadería de Guadalets.

Curiosamente, a esa misma hora, en la Plaza de la Real Maestranza, tomaba también la alternativa, de manos de Juan Belmonte, su gran amigo, Manuel Jiménez "Chicuelo" el que, años después, toreando en Barcelona, al ver a De la Rosa en el tendido, le brindó un toro y el diestro jerezano, al devolverle la montera, le hizo llegar una esquela en la que le decía "Gracias, Manolo; y convídame esta noche a cenar, que estoy a dos velas".

La alternativa se la confirmaría, en Madrid, el 24 de mayo de 1920, el eterno rival de Joselito, Juan Belmonte, que le cedió un toro de la ganadería de Gamero Cívico.

En el diario "Ayer" del 1º de agosto de 1946, el crítico "Currito" escribiría que la afición esperaba mucho de este torero, pero que no llegó a triunfar. Pero el crítico se equivocaba al afirmar que "la muerte de Juan Luis de la Rosa fue un final heroico" y que "su muerte fue un bello final de romance a su toreo de filigrana". Nada de eso. Fue una venganza, un asesinato de un rival amoroso que se aprovechó de su cargo de comisario, para hacerle fusilar.

Por su parte, Ventura Núñez "Venturita", fue un jerezano cabal, considerado como el mejor torero jerezano con el capote, de su tiempo, en el que se inspiraría Rafael de Paula, para realizar el suyo, y que tuvo la desgracia de que la guerra civil rompiera su brillante carrera artística, viéndose obligado a renunciar a la alternativa que le diera en Valencia, el 18 de marzo - cuatro meses antes de estallar la guerra - el maestro Domingo Ortega, con toros de Villamarta. Actuando de novillero, rivalizaría muchas tardes con el sanluqueño Manuel Franco "Cardeño" y, en Jerez, se organizarían numerosas excursiones a las plazas de los pueblos de nuestro entorno, para verlo torear; siendo célebre la tarde que conquistó un rico capote de paseo, en El Puerto de Santa María, que días después ofreciera a nuestra celestial Patrona la Virgen de la Merced. La segunda alternativa, a la que también renunciaría, se la dio su gran amigo y noble competidor, Miguel del Pino, en la plaza de El Puerto. Su vida como torero acabaría en el mismo lugar donde la empezó; como oficial del Matadero, en 1974. Contaba 64 años de edad.

Volviendo de nuevo a Manuel Lara, digamos que llegó a torear con tres apodos distintos. El primero, el que usó su padre, el banderillero Luis Lara, "El Gato". Después usaría el de su tío "Chicorro" y, finalmente, el de "El Jerezano", con el que triunfó en España y América. Y en América, en la ciudad mejicana de Veracruz, sería donde encontraría la muerte, a causa de una peritonitis producida por un fuerte topetazo que le diera en el bajo vientre, el primer toro de la corrida celebrada el 7 de octubre de 1912. Al día siguiente fallecería y su cuerpo, perfectamente embalsamado, sería traído a Jerez, el 22 de diciembre, acudiendo un enorme gentío a recibirlo, en la estación.

El Jerezano no murió por asta de toro, sino a causa de un topetazo. Pero años antes, en 1895, sufrió en la plaza de Jerez una cornada que pudo haber sido mortal. Fue el día de la Ascensión, toreando un toro de López Plata, su ganadería preferida, que le infirió una grave cornada en la misma garganta, y me contaba su hija Soledad que, gracias a su valor y sangre fría, Manuel Lara tiró del cuerno y logró sacárselo, pasando a la enfermería gravemente herido, aunque había salvado la vida.

Al Jerezano le dio la alternativa, en la plaza de toros de Barcelona, el 29 de octubre de 1899, su tío José Lara "Chicorro", en la misma corrida en que éste se despedía del toreo; y un año después, el 18 de marzo se la confirmaría el diestro "Quinito", en la plaza de toros de Madrid. Había sido gran amigo del mejicano Rodolfo Gaona, al que ayudo mucho cuando vino a torear a España, y al que dio la alternativa, en la plaza de Tetuán de las Victorias (Madrid) el 31 de mayo de 1908, con reses de Basilio Peñalver. Otra alternativa la daría, también, al sevillano Joaquín Capa (Capita), en la plaza de toros de Algeciras.

Me contaba la hija del Jerezano que los tres grandes amores de su padre fueron la familia, Jerez, su pueblo, y su afición a los galgos. Era persona muy humilde, sencilla y simpática, así como de carácter formal, lo que le hizo contar con numerosos amigos, en todos los estamentos sociales. Entre ellos su padrino José Domecq, que gestionaría la traída de su cuerpo a Jerez.

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