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Feria del Caballo

El día que en el González Hontoria llovió jerez

  • El venenciador jerezano Jesús Rubiales recuerda como uno de los días más importantes de su vida profesional la inauguración del alumbrado de 2007

  • Fue la primera vez en la que el Ayuntamiento ofreció copas de vino en seis de las entradas a la Feria durante tres días de la mano de un equipo de treinta personas de su empresa, Venenciadores SL

Una azafata y un venenciador del equipo de Jesús Rubiales, ofreciendo vino a los visitantes de la Feria en mayo de 2007.

Una azafata y un venenciador del equipo de Jesús Rubiales, ofreciendo vino a los visitantes de la Feria en mayo de 2007. / Pascual

El venenciador jerezano Jesús Rubiales ha recordado el día en el que, por primera vez, el Ayuntamiento de Jerez ofreció un jerez de honor en el parque González Hontoria con motivo del encendido del alumbrado de la Feria del Caballo 2007.

A su empresa Venenciadores SL correspondió ese privilegio que hoy, trece años después y cuando se habría inaugurado una nueva edición de la Feria del Caballo, permanece en su memoria como algo de lo más importante que le ha sucedido en su vida profesional.

"El récord Guinness de venenciadores que obtuvimos dos años antes en Fibes (Sevilla) y ese día en el que inauguré mi Feria han sido para mí los días más grandes", recuerda Rubiales, que confiesa que la noche anterior a la inauguración apenas pude dormir.

Después de ese día, Rubiales y una treintena de profesionales contratados por su empresa entre venenciadores y azafatas, estuvieron ofreciendo una copa de vino de Jerez durante tres días de Feria en las seis portadas del recinto del González Hontoria.

"Fue un sueño hecho realidad -recuerda el venenciador-. Qué gran satisfacción profesional inaugurar la Feria más imponente y señorial y poder agasajar a todo mi Jerez y visitantes con una copa de vino de nuestra tierra... La euforia y adrenalina de aquel gran día me siguen erizando el vello al recordarlo".

Fue tal el éxito de aquella novedosa iniciativa que el Ayuntamiento contó con él para las ferias de 2008 y 2009. "Luego llegó la crisis y no se pudo seguir haciendo", comenta.

Rubiales no oculta que estos momentos son muy difíciles para él, su empresa y otras muchas que se dedican a trabajar en celebraciones pero es optimista ante el futuro y cree que pronto podrán volver a ofrecer la que él considera "la profesión más bonita del mundo".

"Me he podido ganar la vida con lo que más me gusta y además soy feliz porque sé que hacemos felices y sacamos una sonrisa a muchas personas, además de poder llevar el nombre de mi ciudad por todo el mundo", señala el venenciador jerezano. Y concluye: "Después del Guinness y de inaugurar la Feria de Jerez, podría decir que ya me puedo morir tranquilo".

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