El vino de Jerez de precio bajo está abocado al fracaso. Esta es la principal conclusión que puede extraerse del pleno del Consejo Regulador celebrado este martes, sesión en la que los vocales han abordado el grave déficit de materia prima que arrastra el sector tras cinco vendimias consecutivas cortas de producción por la sequía, a todas luces escasa para la actual demanda de los distintos negocios que se nutren de la uva del viñedo inscrito en la Denominación de Origen.

La demanda supera con creces la oferta al término de una vendimia que se ha saldado con una producción de 49,9 millones de kilos de uva que darán lugar a algo menos de 69.000 botas de mosto calificado, insuficiente para atender la reposición de vino y vinagre de Jerez de las bodegas, que se estiman en unas 60.000 botas, las crecientes necesidades del envinado de botas o 'Sherry Cask' -incluidas las mermas- y las de los vinos blancos del marco, dado que la práctica totalidad de la cosecha de uva es calificada -la descalificada no llega al millón de kilos-.

La escasez también ha provocado un fuerte aumento del precio de la materia prima -el kilo de palomino se ha pagado este año a 1,20 euros, el 40% más que en la campaña anterior y el 130% en el acumulado de las dos últimas vendimias-, al que hay que sumar el incremento generalizado de los costes de producción, lo que tendrá repercusión en el precio de venta al público de los vinos y, con toda probabilidad, en la disponibilidad de los jereces de gama básica, principalmente las marcas blancas o del distribuidor, así como otras referencias que podían encontrarse en los lineales al módico precio de tres o cuatro euros. "No tiene sentido reponer para vender barato", detallaron fuentes del sector al término del pleno.

Ni siquiera el aumento del 12,5% de la producción final compensa el déficit, ya que la vendimia de 2022 fue extraordinariamente corta y este año se ha registrado una reducción de la superficie de viñedo inscrito de algo más del 2%, por lo que el rendimiento de la viña se mantiene por debajo de los 8.000 kilos/hectárea, similar al de los últimos ejercicios y muy por debajo de los 10.500 que arroja la media histórica del marco.    

Las ventas acumuladas de vino de Jerez en el presente ejercicio se mantienen más o menos en línea con las del año anterior, si bien la estimación de las necesidades contempla que se mantenga la caída a final de año, una vez entre en vigor la subida de impuestos en Reino Unido que ha provocado el adelanto de las salidas hacia el mercado británico.

En este contexto, condicionado por el auge de la demanda de vino para 'Sherry Cask', las bodegas tendrán que reducir la reposición por falta de disponibilidad de uva, sobre todo pequeñas firmas que carecen de viñedo propio para atender sus necesidades básicas y que cada vez encuentran más dificultades para refrescar sus vinos.

Pequeño avance en el 'Sherry Cask'

Entre tanto, el sector no acaba de ponerse de acuerdo para la creación de la pretendida comisión del 'Sherry Cask', con la que se aspira a avanzar en la regulación del envinado de botas para garantizar su 'pacífica' convivencia con el negocio del vino de Jerez.

El pleno de ayer, al menos, aprobó la creación de un grupo de trabajo que atenderá la propuesta de las bodegas de Sanlúcar de sacar a la manzanilla de la ecuación que permite embotellar los vinos previamente empleados en el envinado para su comercialización como producto amparado por la Denominación de Origen.

El grupo abordará la separación del certificado del 'Sherry Cask' de la 'Manzanilla Cask' para garantizar así un sólo uso de la manzanilla, ya sea para su embotellado y comercialización como vino, ya sea para envinar botas con destino al envejecimiento de whisky y otros destilados de calidad.