El Rebusco

Un vino que pinta mucho

  • Un reto cultural y visual

  • El jerez sugerido y entrevisto en el arte

Recuerdos, de George Apperley.

Recuerdos, de George Apperley.

‘Natura morta’ o ‘Piccola velocitá’, de Ardengo Soffici, 1914. ‘Natura morta’ o ‘Piccola velocitá’, de Ardengo Soffici, 1914.

‘Natura morta’ o ‘Piccola velocitá’, de Ardengo Soffici, 1914.

Como expuso el crítico de arte, y compañero académico, Bernardo Palomo, en la conferencia que impartió en la sede del Consejo Regulador en el 2014: ‘La relación entre cultura del vino y las artes plásticas es una realidad indiscutible’.

Afirmación que entresacamos de su charla titulada ‘Las artes y el vino. Un viejo maridaje’. Acto que tuvo lugar con motivo de la elección de Jerez como ciudad europea del vino.Una charla amena y bien documentada, quien podría ser bien recibida en otras zonas de tradición vitivinícola.

Pero, ¿qué se puede decir sobre el vino de Jerez en las artes plásticas?, ¿se ha estudiado este caso concreto?, ¿hay tesis académicas que hayan analizado la presencia de los vinos del Marco en la pintura?. Preguntas sin respuestas.

En estos años, esta sección del Diario de Jerez ha dedicado algún que otro artículo a exponer las peculiares relaciones del jerez con el arte de la pintura, con ejemplos que en algunos casos eran desconocidos por los expertos: ‘El jerez en la pintura del XIX’, ‘El jerez en la pintura moderna’, ‘La vendimia de Jerez vista por el arte’, y ‘El vino de Jerez en la pintura costumbrista’.

‘Chess players’ (c. 1860) de William Daniels.’ ‘Chess players’ (c. 1860)  de William Daniels.’

‘Chess players’ (c. 1860) de William Daniels.’

Para la ocasión hemos traído algunos títulos en los que la certeza de su presencia no es completa, pero sí podemos conjeturar que es vino de Jerez lo que puede haber representado el artista en el cuadro. Las pistas, como en una novela de intriga, nos puede llevar a esa conclusión.Acepten el reto cultural y visual que les propongo.

La mirada nacional

‘El cardenal’ de Georges Croegaert, c. 1900. ‘El cardenal’ de Georges Croegaert, c. 1900.

‘El cardenal’ de Georges Croegaert, c. 1900.

Empecemos por aquí cerca, con el retrato que, del torero chiclanero Paquiro y de Ramona Alba, realizó el pintor sevillano José Gutiérrez de la Vega (1791-1865), en 1835. La pareja, ataviado él con traje de luces, y ella con elegante traje y mantilla, posan cruzando las miradas en un atardecer sevillano con la Torre del Oro al fondo. Paquiro sostiene en su mano una caña de vino de color ámbar.

Sin movernos de esa ciudad, y de la llamada Escuela romántica, es el pintor Manuel Cabral Bejarano (1827-1891).

Su pintura ‘Después de la procesión’, de 1865, está ambientada en una taberna de sevillana donde podemos observar en un primer plano a dos nazarenos que se relajan tras una estación penitencial, uno fumado, el otro bebiendo vino de una caña.

De los años 20 hemos escogidos dos obras, una del madrileño José Gutiérrez Solana (1886-1945), la titulada ‘Las coristas’, que se puede ver en el Museo Carmen Thyssen, en Málaga, y la de Ignacio Zuloaga (1870-1945), ‘Gipsy Dance Terrace’.

Retratos de Fullerton y Ninian Lowis, por Thomas Seaton, 1773. Retratos de Fullerton y Ninian Lowis, por Thomas Seaton, 1773.

Retratos de Fullerton y Ninian Lowis, por Thomas Seaton, 1773.

En ambos observamos la presencia de unas botellas con etiquetas que parecen indicar su origen jerezano.

Comentar que el pintor vasco visitó Jerez en 1931, siendo agasajado en las bodegas Domecq.

En el ámbito local tenemos al recién fallecido Luis Gonzalo González (1947-2022), académico de la de San Dionisio, y a Gutiérrez Montiel (1934-2008).

Del primero, Bernardo Palomo ha escrito que es ‘un artista con una solvente manera de plantear la figuración a la que él concedía una dimensión diferente, llena de excelencias artísticas’.En el cuadro que reproducimos - un asunto flamenco -, vemos a tres personajes, en plena actuación, en torno a una mesa repleta de catavinos.

Del también pintor jerezano, Gutiérrez Montiel, es ‘El duende’, que con su expresivo lenguaje visual pinta a tres hombres que se entonan en un cante, inspirados por el vino contenido en la botella y sus catavinos.

La visión angloamericana

‘Poor Relations’, de George Goodwin Kilburne, 1875. ‘Poor Relations’, de George Goodwin Kilburne, 1875.

‘Poor Relations’, de George Goodwin Kilburne, 1875.

Su natura morta titulada Piccola velocitá. Pintada en 1914 se conserva en el Museo del Novecento de Milán. En el catálogo de la institución italiana se lee en la reseña al cuadro que “la bottiglia contiene vino di Jerez (Spagna)”.

Al igual que en su literatura, los pintores británicos, y sus primos los norteamericanos, han reflejado en la pintura los comportamientos y modos de la sociedad que les tocó vivir. Y ya sabemos los buenos consumidores que han sido y son de nuestros vinos, auge que se alcanza en el XIX, en concreto durante el reinado de la emperatriz Victoria.

Por lo tanto, es lógico que el jerez, de una forma u otra, se muestre en sus obras, que no son en pocas ocasiones.

Empecemos por el escocés Thomas Seaton (c.1735-1806), cuya obra, enmarcada en el género conocido como ‘conversation piece’, se haya expuesta en la National Galleries of Scotland.Los dos elegantes caballeros retratados son William Fullerton of Carstairs y el capitán Ninian Lowis, que solían reunirse con frecuencias en Carstairs House, ambos relacionados con la Compañía de las Indias Orientales (East India Company).

Sobre la mesa hay una característica botella negra de aquel periodo, a la que le cuelga del gollete una pieza de plata, además de dos pequeñas copas. El color del vino y da una pista.

‘Después de la procesión’ (1865), de Manuel Cabral Bejarano. ‘Después de la procesión’ (1865), de Manuel Cabral Bejarano.

‘Después de la procesión’ (1865), de Manuel Cabral Bejarano.

Continuamos con el inglés Benjamin Robert Haydon (1786-1846), y su cuadro ‘Waiting for The Times’ (1832). En una sala con dos mesas vemos a un hombre con sombrero de copa que está sentado a la derecha, mirando impaciente a otra que se esconde detrás de las grandes páginas de ‘The Times’. El vino de las licoreras hace más relajada la espera.

De este artista nos remitimos a otros dos de sus cuadros: ‘The Mock Election’ (1827), y ‘Chairing the Member’ (1828).

A William Daniels (1813-1880), se le conocía como el ‘Rembrandt de Liverpool’.

Su ‘Chess Players’, de 1860, representa al próspero almacenista Sr. Breeze jugando al ajedrez con su cuñado mientras la Sra. Breeze trae una licorera de cristal y dos copas. Una imagen hogareña de la clase media victoriana.

El color es agradable: el gris azulado del vestido de la mujer y el lazo rosa y blanco que lleva en el cuello contrastan favorablemente con el rojo oscuro bastante rico del chaleco del almacenista y del vino sobre la mesa, aliviando las áreas de sombra que de otro modo haría el conjunto aburrido y desagradable.

Esta pintura bien la podemos relacionar con otra de igual título del americano Thomas Eakins (1844-1916), realizado en Philadelfia en 1876. En una mesa pequeña, junto a los jugadores, hay varias botellas de cristal tallado. De nuevo el color es característico.

‘Coristas’ (1927), de Solana. ‘Coristas’ (1927), de Solana.

‘Coristas’ (1927), de Solana.

Aunque la diferencia en la vestimenta, y la posición social, es evidente, la figura de la mujer nos recuerda a la sirvienta del famoso cuadro de Powell Frirh, ‘Sherry, Sir?’(1851), la que más tarde sería el logotipo de las bodegas de Williams&Humbert.

Y cerramos con otro escocés y con otro inglés, autores los dos de sendos trabajos con muchos elementos en común, hasta en los títulos.

Del primero, Alexander Carse (1770-1843), es ‘The arrival of the country relations’, pintada en 1812. Unos familiares llegados del campo son recibidos en un amplio y elegante salón por sus parientes residentes en una gran ciudad. El contraste entre ambos grupos es evidente, pero hay un ambiente de cordialidad, y sobre la mesa, ocupando el centro de la imagen un juego de licoreras.

Algo similar nos muestra el inglés George Goodwin Kilburne (1839-1924), en su ‘Poor Relations’, de 1875. Kilburne es un pintor especializado en interiores, con figuras pintadas con precisión, un buen ejemplo del retratista de las clases altas en el periodo victoriano.

Retrato de Paquiro y su mujer’ (1835), de José Gutiérrez de la Vega. Retrato de Paquiro y su mujer’ (1835), de José Gutiérrez de la Vega.

Retrato de Paquiro y su mujer’ (1835), de José Gutiérrez de la Vega.

Lo que nos llama la atención en el cuadro es el gesto cortés de la niña a la joven al ofrecerle una copa de vino, tomada de la mesa de los licores, mientras su padre recibe el dinero de su pariente rico.Cerramos con George Owen Wynee Apperley. Este pintor galés nació en la Isla de Wright en 1884 y falleció en Tánger en 1960. Desde 1914 vivió en España, en la ciudad de Granada. En esta ciudad residió hasta 1933 cuando se fue a vivir a Tánger.

Su cuadro, ‘Recuerdos’, parece ser que fue pintado en Jerez. En el centro de la imagen lo ocupa una botella en cuya etiqueta puede leerse las primeras iniciales de ‘Gonz..’. Obra que perteneció a los González, y que estuvo colgada en la casa que esta familia posee en las Atarazanas.

Por artistas europeos

Pintura del jerezano Luis Gonzalo. Pintura del jerezano Luis Gonzalo.

Pintura del jerezano Luis Gonzalo.

La pintura anticlerical alcanzó un gran auge en la Francia de la segunda mitad del XIX. Uno de sus mayores representantes fue Georges Croegaert. Nacido en Amberes, Bélgica, el 7 de octubre de 1848, estudió en la prestigiosa Academia de Bellas Artes de esa ciudad y a partir de 1876 pasó a ejercer su oficio en París, donde pasaría el resto de su vida, falleciendo en 1923.

De su amplia obra con esta temática mencionamos dos ejemplos, uno de 1872 y otro de 1900. En ambos casos el personaje en cuestión moja un bizcocho en una copa de vino. Costumbre muy habitual en las clases altas, la del ‘sherry and biscuit’.

De los postulados academicistas de la segunda mitad del XIX pasamos al periodo de las vanguardias europeas de las primeras décadas del XX, centrándonos en Francia e Italia.

El Museo del Novecento, en Milán, posee dos obras que bien encaja en esta selección.

‘Waiting for The Times’ (1831), pintado por Haydon. ‘Waiting for The Times’ (1831), pintado por Haydon.

‘Waiting for The Times’ (1831), pintado por Haydon.

De Ardengo Soffici (1879-1964), representante de la vanguardia artística italiana de principios del siglo XX, es su natura morta titulada ‘Piccola velocitá’ (1914). En el catálogo de la institución italiana se lee en la reseña al cuadro que “la bottiglia contiene vino di Jerez (Spagna)’.

Una relación que podemos pensar de la escena que pinta Piero Marussig (1879-1937) en su Donne al caffè, de 1924. Dos jóvenes, de elegantes modales y vestidas a la moda, están sentadas en un café con miradas ausentes. En la mesa una copa de vino y un platito con dulces.

El periodo de la segunda mitad del XIX hasta los primeros años de la década de los años 30 del XX coincidirá con el gran auge del comercio, difusión y consumo de los vinos del Marco del jerez.

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