Una vuelta más
Jesús Benítez
Un libro por los milagros de la catedral
Mundial de MotoGP
En abril de 2005, el mundo se detenía para despedir al Papa Juan Pablo II. Su fallecimiento el 2 de abril marcó el fin de una era en el Vaticano... y curiosamente, una semana después, el 10 de abril, el Circuito de Jerez fue testigo de una de las carreras más intensas y recordadas de MotoGP.
Mientras el mundo seguía de luto, el rugido de las motos devolvía la emoción a Jerez, con una batalla que ya es leyenda entre Valentino Rossi y Sete Gibernau.
Ese 10 de abril de 2005, el Circuito de Jerez fue escenario de una de las carreras más memorables y polémicas de MotoGP. La temporada arrancaba con el Gran Premio de España, y la rivalidad entre Valentino Rossi y Sete Gibernau alcanzaba su punto álgido.
Era el inicio de la temporada 2005 donde Valentino Rossi, que había logrado la pole, llegaba como campeón del mundo de MotoGP en 2004. La segunda plaza de parrilla la ocupaba Sete Gibernau con su Honda y detrás de él su compañero de equipo Marco Melandri. Desde la pole position, Rossi lideró gran parte de la carrera, pero Gibernau no le dio tregua. Ambos pilotos se enzarzaron en un duelo intenso que culminó en la última curva. En una última vuelta de infarto, ambos pilotos se adelantaron diversas veces, protagonizando una vuelta espectacular, yendo al límite. Pero la curva '13', la antigua Ducados y actual jorge Lorenzo, se erigió en protagonista.
Valentino Rossi intentó colarse por el interior en este punto, echando a Sete Gibernau y obligandole a pisar la gravilla. Una acción muy polémica que dio la victoria al italiano de Yamaha y dejando en la segunda plaza al español.
El podio lo completaron Marco Melandri en tercera posición y Alex Barros en cuarta.
La maniobra de Rossi generó una gran polémica. Gibernau expresó su descontento, considerando que el adelantamiento fue demasiado agresivo. Este incidente marcó un antes y un después en la relación entre ambos pilotos y en la percepción de las maniobras agresivas en MotoGP.
Este Gran Premio es recordado no solo por la victoria de Rossi, sino por cómo una sola curva puede cambiar el curso de una carrera y de una temporada. Más de 120.000 personas llenaron el circuito, en una jornada marcada por el calor, la pasión y el rugido de los motores.
Ese mes, el mundo despedía a Juan Pablo II y celebraba la elección de Benedicto XVI. Pero también vivía uno de los momentos más memorables del deporte sobre dos ruedas.
Una semana, dos eventos históricos. Una curva que lo cambió todo. Y justo ahora, se vuelve a repetir la historia con el fallecimiento del Papa Francisco. ¿Qué nos deparará este fin de semana la cita en Jerez?
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