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Sangrienta fiesta del fin de Ramadán en Gaza

  • Unas 15 personas, ocho de ellas niños, han muerto en los ataques israelíes. Cinco soldados del Ejército de Israel también han perecido en combate.

La fiesta de fin de Ramadán, una de las más alegres e importantes del calendario musulmán, se convirtió en un lunes mortal en Gaza, en el que 15 personas murieron, ocho de ellas niños. Cinco soldados israelíes murieron también en diferentes acciones en la Franja de Gaza y cerca de la frontera entre ésta e Israel

Con las manos, la túnica y la cara salpicadas de sangre, Mohamad Abu Hamid, lloraba sin consuelo, lejos del bullicio, en una sucia acera de campo de refugiados palestino de Al Shaty, en el noroeste de Gaza. Hacía sólo unos minutos, paseaba con su mujer entre una algarabía de niños vestidos de fiesta, con sus golosinas y sus juguetes nuevos, cuando el horror de las 21 noches de bombardeos israelíes se tornó en un terror cercano. "Estaban corriendo y jugando cerca de un carro cuando el misil fue disparado desde el "drone" (avión no tripulado) y explotó. Varios cuerpos quedaron mutilados", explicó.

Algunos metros más allá, un agujero en la calzada como el que suelen producir los proyectiles disparados desde aviones no tripulados israelíes y las muescas de metralla esparcidas por automóviles y fachadas atraían la atención de decenas de curiosos y periodistas. Charcos de sangre aún reciente se mezclaban con ramas de árbol arrancadas de cuajo, pequeños zapatos y pistolas de plástico quebradas, el juguete más vendido esta fiesta del Aid en la Franja. "Los drones israelíes llevan volando todo el día por aquí. ¿Qué mal han hecho estos niños? ¿Son acaso un peligro terrorista?", se preguntaba una vecina de esta barriada, una de las más depauperadas de la ya por sí empobrecida y aislada Gaza.

Ninguno de los testigos dudaba de que el proyectil había sido lanzado desde un drone israelí, pese a que el Ejército se apresuró, una vez más, a culpar de la masacre al movimiento islamista Hamás. La semana pasada, al menos 17 personas perdieron la vida -entre ellas tres trabajadores de la ONU- en un bombardeo israelí sobre una escuela de la ONU en la localidad septentrional de Beit Janún. El domingo, el Ejército israelí publicó una investigación propia en la que aseguraba que la escuela estaba vacía y fue alcanzada por "un proyectil errante".

Testigos relataron, sin embargo, que en el lugar había manchas de sangre, mientras que la ONU insiste en que en su interior se refugiaban cerca de un millar de personas. Israel también se apresuró este lunes a declinar la responsabilidad en un ataque contra dependencias del hospital Al Shifa, el más importante de Gaza, en el que se refugian cientos de personas y en el que los portavoces de Hamás atienden a la prensa internacional. Al menos tres personas murieron en este ataque, que ocurrió casi al mismo tiempo que el de Al Shaty, y del que los testigos consultados por también acusaron a Israel.

Las tropas israelíes mataron, además, a un niño de cuatro años y a un adulto en sendos ataques artilleros contra dos viviendas en el campo de refugiados de Jabalia, en el norte de Gaza. La zona es una de las más afectadas por los incesantes bombardeos israelíes por tierra, mar y aire, que en 21 días han segado la vida de unas 1.100 personas, en su inmensa mayoría civiles palestinos. Más de ochocientos de ellos han perecido desde que hace sólo once días las tropas israelíes emprendieran una incursión terrestre durante la que también han perdido la vida 44 soldados. Otros cuatro israelíes murieron este lunes en un ataque con morteros desde Gaza contra la localidad meridional de Eshkol, en el que cuatro personas más resultaron heridas.

Nada más conocerse esta noticia, el Ejército israelí envió un aviso a los periodistas para informarles de que había ordenado a los habitantes de los barrios de Shahaiye y Zaitum, además de Jabalia, que abandonaran de inmediato sus casas ante la previsión de duros bombardeos nocturnos. Shahaiye ya fue bombardeado hace más de una semana, en un ataque israelí que redujo a escombros y a ceniza manzanas enteras de edificios y que dejó más de sesenta cadáveres en las calles. Estos bombardeos han obligado ya a cerca de 250.000 personas a abandonar sus hogares y convertirse en desplazados internos en el centro de Gaza ciudad, transformada en un enorme campo de refugiados.

La nueva escalada de violencia, tras varias horas de tensa calma, se produce poco después de que el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, y el Consejo de Seguridad de la ONU exigieran a Israel un alto el fuego inmediato e incondicional. El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, criticó con dureza la demanda y advertió de que su país proseguirá con su ofensiva bélica.

Cinco soldados israelíes muertos

Cinco soldados israelíes murieron también este lunes en diferentes acciones en la Franja de Gaza y cerca de la frontera entre ésta e Israel, informó el Ejército en un comunicado. Uno de ellos, de 20 años y oriundo de Jerusalén, murió en combate en el sur de la Franja de Gaza, mientras que los cuatro restantes, fallecieron en la zona fronteriza de Gaza a causa de fuego de mortero por parte de las milicias palestinas. Las familias de los uniformados han sido informadas de los decesos.

Desde el inicio de la ofensiva Margen Protector, hace tres semanas, 48 soldados y oficiales israelíes han muerto en combate o como consecuencia del disparo de proyectiles desde Gaza. Asimismo, dos civiles israelíes y un trabajador tailandés perecieron por el impacto de proyectiles lanzados por milicias palestinas.

El Ejército confirmó poco antes el intento por parte de un comando palestino de llevar a cabo un ataque contra la comunidad israelí de Nahal Oz, fronteriza con Gaza, atentado que fue frustrado por las fuerzas israelíes que abrieron fuego matando a uno de los atacantes. Las pesquisas aún continúan en la zona desde hace varias horas. Medios israelíes informaron a última hora de la tarde de que cuatro milicianos palestinos habían sido abatidos por fuerzas israelíes poco después de salir de un túnel junto al kibutz de Nahal Oz, a una distancia de 2,5 kilómetros del barrio de Shayaía, en el este de la ciudad de Gaza.

Una hora antes los medios israelíes informaron del fallecimiento de cuatro israelíes por el impacto de una andanada de morteros contra un kibutz del concejo regional de Eshkol, aledaño a la franja, suceso que dejó seis heridos, dos de ellos críticos. Se trata de la misma cifra de fallecidos y similares circunstancias que los cuatro soldados muertos de los que informó el Ejército en su comunicado, por lo que podría tratarse del mismo hecho.

Las Fuerzas Armadas israelíes advirtieron a la población de las comunidades de ese área vecina a Gaza y conocida como Shaar Haneguev, que permanecieran en sus casas ante el temor de un nuevo atentado por parte de comandos palestinos. Nada más producirse el ataque en Eshkol, el Ejército israelí advirtió a los habitantes de los barrios de la ciudad de Gaza de Shayaía y Zeitún, y a los de Yabalia, que abandonaran sus casas y se dirigieran al centro de la ciudad.

Tras esas advertencias, la aviación militar y la artillería israelí comenzaron a bombardear con extrema intensidad esos puntos situados en el centro este de la ciudad de Gaza, y el noreste de la urbe. Desde el inicio de la ofensiva han muerto más de un millar de palestinos en Gaza por fuego israelí y los heridos superan los 6.000.

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