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Los líderes británicos viajan a Escocia en un intento de frenar el independentismo

  • El avance en las encuestas del sí en el referéndum del día 18 obliga a modificar de urgencia las agendas de Cameron, su viceprimer ministro Clegg y el jefe de la oposición laborista, Miliband

El avance en las encuestas del apoyo a la independencia de Escocia obligó ayer a los líderes de los principales partidos británicos, contrarios a la separación, a alterar con urgencia sus agendas para dar un nuevo impulso a la campaña del no, a sólo nueve días del referéndum.

El jefe del Gobierno británico, el conservador David Cameron, su vicepresidente, el liberaldemócrata Nick Clegg, y el líder de la oposición laborista, Ed Miliband, viajarán hoy a Escocia en lugar de asistir a la sesión semanal de preguntas al primer ministro en la Cámara de los Comunes, una situación insólita en la política británica.

Será William Hague, ex ministro de Exteriores conservador, quien conducirá la sesión en Westminster mientras el premier británico trata de controlar sobre el terreno el avance del sí en los sondeos, que en los últimos días situaron por primera vez por delante a los partidarios de la independencia.

Según una encuesta de YouGov divulgada el pasado fin de semana por el Sunday Times, la opción de la independencia se impondría en el referéndum por un estrecho margen del 51% contra el 49%.

Otra encuesta, de la firma TNS, daba ayer una mínima ventaja a los partidarios del no (39% en contra de la secesión por el 38% a favor), un resultado que confirmaba la tendencia de los últimos meses a estrecharse el margen entre ambas opciones a medida que disminuye el número de indecisos.

En abril, cuando un 30% de los votantes todavía no había fijado su postura, la independencia perdía por 12 puntos respecto a la unión en esa misma encuesta, ventaja que prácticamente se ha evaporado cinco meses después, cuando los indecisos se han reducido al 23%.

El vuelco es aún mayor respecto a agosto de 2013, cuando TNS daba casi el doble de votos al no (47%) que al sí (25%), con un 28% de indecisos.

Ante ese giro en la intención de voto, Cameron, Clegg y Miliband tomaron en el último minuto las riendas de la campaña Better Together (Mejor Juntos), que hasta ahora habían mantenido un perfil bajo, y viajarán a Escocia cargados de nuevas ofertas para aumentar la autonomía de la región si los votantes optan por permanecer en el Reino Unido.

Las tres formaciones se adhirieron a la hoja de ruta propuesta por el ex primer ministro laborista Gordon Brown, que prevé iniciar el 19 de septiembre, un día después del referéndum, la redacción de una ley para aumentar las competencias del Parlamento autónomo de Holyrood (Edimburgo).

Si el no se impone en la consulta, los partidarios de la unión se han comprometido a tener lista para enero de 2015 la versión consensuada y definitiva de una ley que se sometería a votación en Westminster tras las elecciones generales de mayo.

Las propuestas para dotar de contenido a esa legislación varían según el partido, si bien todos hacen hincapié en aumentar el control del Gobierno escocés sobre el sistema impositivo y las políticas de bienestar.

Los laboristas quieren aumentar el margen de maniobra de Edimburgo en el impuesto sobre la renta, lo que permitiría, entre otras medidas, que Escocia restableciera la tasa del 50% para las rentas superiores a 150.000 libras anuales (180.000 euros), que Londres redujo al 45% en 2012.

La formación de Miliband prevé además aumentar la capacidad de decisión de Holyrood sobre políticas de vivienda, ayudas a la dependencia y servicios para los desempleados, mientras que las pensiones, los impuestos sobre sociedades y capitales y la seguridad social (National Insurance), entre otros, continuarían en manos de Londres.

Los conservadores abogan por permitir que Edimburgo decida sin restricciones los tramos del impuesto sobre la renta, excepto la cantidad mínima de ingresos exenta de tributación para las personas físicas, así como compartir parte de la gestión del IVA y ceder el control del Impuesto al Pasajero Aéreo.

Junto con los liberaldemócratas, sus socios en el Gobierno británico, los tories quieren ceder poder en ámbitos como la vivienda y la dependencia, pero mantener a Londres como centro de decisión sobre petróleo y política energética, pensiones y defensa.

Los tres partidos británicos, que en agosto ya anunciaron su compromiso para aumentar la autonomía escocesa tras el referéndum, se afanaban en concretar en las últimas horas sus propuestas para tratar de contrarrestar el vuelco que han dado los sondeos de cara a la cita con las urnas de los escoceses el próximo día 18.

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