José Hinojo, único, personal e intransferible
Crítica de arte
La obra de José Hinojo, sobre todo su escultura, responde a un poderoso ideario formal y conceptual; utiliza soportes tremendamente particulares
Debo confesar que siempre me he sentido atraído por el arte que realizan aquellos autores que no están en los circuitos expositivos de campanillas, que son llaneros solitarios en el complejo paisaje del arte; por los autores que no forman parte de esos corrillos exagerados donde voceros impenitentes ofertan casi nada creyéndose que son algo, mientras pontifican vaguedades que no comprenden ni ellos y a nadie interesan. Estos nuevos héroes anónimos son, casi siempre, muy buenos realizadores; están en posesión de un bagaje artístico bien cuidado y mejor desarrollado; son portadores de mucha calidad y permanecen ajenos a las tonterías que se inventan los que poco tienen que decir, argumentado un arte poco creíble. Están al margen de modas y permanecen en sus estudios sólo manteniendo diálogos con su trabajo, su concepto y su inequívoca realidad. Ellos, creo, son los verdaderos artífices del arte. Los otros, meros comparsas en un estamento con más cohetería que verdad. Entre los seguros hacedores de un arte auténtico, sin reveses y de sumas claridades, se encuentra José Hinojo; un artista nacido en Prado del Rey en 1958 y que es todo un personaje dentro y fuera de la creación; un artista total que vive sólo para un trabajo en el que cree y al que dota de un sello tremendamente personal.
Estudió en Sevilla en la Facultad de Bellas de Artes para, después, completar estudios en la ciudad alemana de Wiesbaden, capital de condado de Hesse y famosa por sus balnearios. Allí se introduce de lleno en el conocimiento del arte abstracto. José Hinojo ha pasado gran parte de su vida en Suiza. Su producción artística ha tenido mucha repercusión por toda Europa donde ha expuesto en ciudades tan importantes como París, Colonia, Bruselas, Ginebra o Zurich. En el año 2014 tuvimos la oportunidad de asistir a una gran muestra suya en el Claustro de Exposiciones del palacio de la Diputación Provincial de Cádiz. Ahora, el Ayuntamiento de Prado del Rey ha tenido a bien nombrar la Sala de Exposiciones y Conferencias de la Casa de la Cultura como Espacio Cultural José Hinojo. Para su inauguración como tal se presenta esta amplia muestra retrospectiva de su obra, coordinada con la sabia ejecución de Jesús Benítez.
Estas breves notas biográficas sirven para presentar al José Hinojo artista que dejó Suiza para instalarse en un Prado del Rey que lo acoge con cariño de hijo predilecto del que se siente orgulloso. Muy bien por la localidad gaditana, por su lúcido Ayuntamiento, presidido por su alcaldesa, María Vanessa Beltrán Morales, con la concejala de Cultura, Isabel María Blanco Orellana, y felicidades a un pueblo que ha sabido reconocer la gran importancia de uno de los suyos. Algo que no es habitual en esta sociedad de espurios intereses. Pero, ¿quién es José Hinojo artista?, ¿qué supone su obra en el contexto general del arte? En primer lugar hay que decir de manera tajante que José Hinojo es un autor de infinita personalidad. En este mundo artístico de igualdades manifiestas, donde todo se parece a todo, no es fácil encontrarse particularidades que se aparten de lo que hace la mayoría. José Hinojo lo hace; lo ha hecho siempre. Ha destacado por su lenguaje único, intransferible; por ser autor de una obra que no se parece a la de nadie. Una obra que responde al sello personal ‘José Hinojo’. Por eso, es importante. Se aleja del adocenamiento reinante. Su escultura es única; está realizada con materiales muy especiales; materiales de desecho que el artista manipula hasta darle la absoluta esencia de su personalísima forma.
La obra de José Hinojo; sobre todo, su escultura, responde a un poderoso ideario formal y conceptual. Utiliza soportes tremendamente particulares y poco utilizados. Son materiales que se han sido desechados, encontrados por él, de pobre naturaleza física pero de infinitas posibilidades plásticas en manos sabias y cabeza lúcida. Aunque emplea chapas metálicas, latas de refrescos o simples materiales que encuentra a su alrededor, será mediante la utilización del cartón donde su obra adquiera ese especial lenguaje de imposibles posibles. Podríamos decir que se trata de un nuevo lenguaje ‘povera’, aquel ‘arte pobre’ que elevaba los materiales de desecho a una máxima categoría artística. José Hinojo crea con el cartón un universo lleno de intensidades artísticas. Sus piezas diluyen los límites de la escultura, de la pintura, del relieve; parece un nuevo ejercicio plástico donde lo más sencillo se organiza para crear la máxima emoción.
En el nuevo espacio cultural de Prado del Rey, José Hinojo deja constancia de esa realidad única, de ese trabajo inusitado del creador nato, del artista que busca, en lo más inmediato, argumentar un arte que él hace grande.
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