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Andeka Gorrotxategi. Tenor

“Cantar en grandes teatros es importante pero también lo es estar cerca de casa”

  • El cantante vasco debuta en el Villamarta con ‘El Trovador’, que se pondrá en escena los días 22 y 24 de enero, y que cuenta con la dirección de escena de Marta Eguilior

El tenor Andeka Gorrotxategi, junto al Villamarta.

El tenor Andeka Gorrotxategi, junto al Villamarta. / Pascual (Jerez)

La crítica más autorizada le considera el tenor más importante salido del país vasco en los últimos cincuenta años. Nacido en Abadiño (Vizcaya) comienza su formación vocal en en Conservatorio de Durango para posteriormente desplazarse a Bilbao, Madrid, Marsella, París, Roma y EEUU donde amplía su formación vocal con maestros como Agurtzane Mentxaka, Ana Begoña Hernández, Francisco Ortiz, Elisabetta Fiorillo o Francisco Casanova.

En sus inicios operísticos fue considerado el tenor revelación español. Ahora, Gorrotxategi, tras 7 años consolidando su carrera y estrenando títulos, la crítica lo vuelve a elogiar, tras su estreno como Gabriele en ‘Simón Boccanegra’, como el “tenor ideal”, “de voz valiente y luminosa”.

Ganador de varios concursos, ha trabajado con prestigiosos directores de orquesta como Zubin Metha, Robberto Abbado, Miguel Ángel Gómez Martínez, Jesús López Cobos, Stefano Ranzani, Danielle Callegari, Guillermo García Calvo, Renato Palumbo o Óliver Díaz entre otros. Su repertorio incluye algunos de los principales roles escritos para tenor, Carmen (Don José), Tosca (Cavaradossi), Attila (Foresto), La Fanciulla del West (Dick Jonhson), I Masnadieri (Carlo), El trovador (Manrico) y próximamente debutará Turandot, Aida y la Bohème.

–Debuta en Jerez. ¿Cómo se siente?

–Muy bien, la verdad. A Isamay (Benavente, directora del Villamarta) la conocí en un ópera que yo estaba haciendo en México D. F., donde también actuaba su amiga Ángeles Blancas. Nos conocimos y me invitó a hacer ‘El Trovador’ aquí. Y yo, pues encantado porque trabajo muy poco en España. Así estoy más cerca de casa.

–¿Le gusta esta circunstancia de trabajar más fuera que aquí, o le da coraje?

–Bueno, tiene los dos aspectos. Por una parte, puedo viajar, conocer mundo, gente y otras culturas. Por otra, ahora que la familia está más arraigada en casa, hace más difícil que puedan venir conmigo. A Australia no pueden acompañarme, pero por aquí, si es en Madrid o así, sí. E incluso cuando tengo un par de días de descanso cojo el coche y voy a verlos.

–¿Y a nivel profesional?

–Pues creo que en España pasa esto de que todo lo que viene de fuera es mejor. Aquí hay mucho nivel de cantantes, músicos, bailarines y de todo tipo, que tienen que emigrar casi todos porque en España no tienen oportunidad. Sí que se nos debería dar más oportunidad para estar más en casa. Y hay teatros suficientes en España para que podamos trabajar todos. No pesa sólo que cantes en un teatro importante sino estar cerca de casa, de los tuyos.

–Manrico es uno de los primeros papeles que afronta tras la pandemia, o mejor dicho, dentro de la pandemia.

–Es el segundo. Canté ‘Simón Boccanegra’ en Málaga en octubre. Lo cierto es que lo cojo con muchas ganas. Y es que más o menos tenemos planeado un futuro, unos años vista en los que tienes proyectos y tú esperas hacerlos. De repente, cuando surge algo así y se cierra todo, te quedas sin saber cuál va a ser el futuro. Te crea inestabilidad emocional y económica, claro. Se supone que iba a tener un mes de vacaciones en septiembre y desde marzo se fueron suspendiendo todas las producciones que tenía. Vives de los ahorros, pero los ahorros se acaban. Por una parte, tienes esa inquietud y ahora tampoco sabemos qué va a pasar. Espero que no nos cancelen esta ópera (’El Trovador’) porque sería un mazazo.

–¿Qué le parece la adaptación que ha realizado Marta Eguilior de la obra, con un ‘Trovador’ un tanto onírico?

–Estoy acostumbrado a las diferentes adaptaciones que se hacen de las obras. Siempre que se guarde la esencia, está bien. Aquí se guarda. Las relaciones entre los personajes son los mismos emocionalmente. Es un poco atemporal pero explica muy bien la historia.

–¿Qué es lo que más le ha llamado la atención de la obra?

–Es una ópera conocidísima para los que somos cantantes y aficionados a la ópera, una de las grandes de Verdi, para muchos la preferida. El público espera impacientes los grandes hits. Y respecto a la adaptación (a fecha de este pasado miércoles), a causa del temporal de nieve, todavía no hemos podido probarnos la ropa. Cuando llegue todo ya veremos, aunque ya nos han anunciado que la caracterización será peculiar, pero estoy acostumbrado a todo, a los cambios de ubicación histórica y espacial. Mi papel en concreto tiene muchas dificultades de métrica y de fraseo. Hay que prepararlo muy bien.

–Si todo va bien, ¿qué proyectos tiene a la vista?

–Pues en marzo tendría que ir al teatro de La Zarzuela y a Galicia a cantar unos conciertos con la Orquesta de A Coruña; a Australia para dos producciones, también tengo propuestas en Miami, México, Buenos Aires... Pero no se sabe aún.

–Que le digan tantas veces que es el tenor vasco más destacado del último medio siglo, ¿le supone una gran responsabilidad?

–Sí, bueno, yo no termino de creérmelo. Yo hago mi trabajo y ya está. No le presto mucha atención. Hay gente a la que le gustaré más y a la que gustaré menos. Lo que quiero es mejorar siempre, hacer las cosas todo lo mejor que pueda y a cuanta más gente le guste, pues mejor. Pero eso del mejor tenor vasco... depende de quien los escriba y de quien lo diga.

–Sus hijos le han acompañado en algunos de sus viajes. Seguro que para ellos su aita es el mejor tenor del mundo.

–Sí (risas), eso me dicen: “aita es el mejor cantante del mundo”. Y yo le digo: “gracias, gracias, cariño” (ríe). Eso es amor de hijos.

–¿Algún teatro soñado?

–Sí, claro, eso siempre, porque siempre hay ganas de conocer mundo. Me encantaría ir a EEUU, donde no he cantado nunca, y en Nueva York más. Poder ir con toda la familia allí. Me gustaría Canadá también... Muchas veces está todo conectado, ir al teatro y conocer el sitio. Es un mundo complicado. Tienes que estar en el momento idóneo y con las personas necesarias para que ello se cumpla. La realidad es que nunca sabes quién te está escuchando, aunque sea en un teatro más modesto. Son varios los factores. Pero también sería fantástico ganarme la vida en los teatros de España y estar así cerca de mi familia. Y bueno, no he tenido mucho tiempo de ver Jerez, pero lo que he visto me ha encantado. Y en el Villamarta el trabajo es muy agradable, y eso es importante para nosotros.

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