Un proyecto colaborativo y altruista para promocionar la ópera

Muchas manos, brazos y piernas anónimas, eficaces y bien coordinadas han hecho posible que la ópera La Traviata de Giuseppe Verdi se haya podido representar en la Plaza de Toros de Sanlúcar de Barrameda. Me refiero a los numerosos voluntarios impulsados por la Asociación de padres del Centro Comarcal de Desarrollo Infantil y Atención Temprana “Bajo Guadalquivir”. Al frente, Rafael Ibáñez, Director de CDIAT. Enhorabuena a todos esos voluntarios que hicieron posible que aproximadamente 1.000 personas se dieran cita en una noche sanluqueña estupenda.

Creo ser veraz cuando les cuento que el público salió muy contento de la representación de esta versión sanluqueña de La Traviata, que es una ópera que tiene varias lecturas. Me explico: La Traviata suele ocupar habitualmente el nº 1 ó 2 de las óperas más representadas en el Mundo (estadísticas de Operabase). Esto supone que muchísima gente la ha escuchado alguna vez en su vida y que, al menos algunas de sus arias y pasajes musicales las recuerdan. Y eso significa también que el público suele ser exigente a la hora de escucharla. Pero también significa que hay mucha gente dispuesta a repetir la experiencia y asistir más de una vez a su representación. En cualquiera de los casos, soy de los que defienden que para iniciarse en la Ópera una excelente idea es empezar por ver en directo una representación de la Traviata, que realmente engancha, tanto por la exquisita música de Verdi, como por el romántico argumento del libreto de Piave, basado en La Dama de las Camelias de A. Dumas.

La materialización de la parte artística de esta Traviata sanluqueña, corrió de parte de Staff Opera Club que siguen adelante en su empeño de promocionar la Ópera en Sanlúcar y en la provincia de Cádiz. Entre sus producciones está Carmen de Bizet, La Voz Humana de Poulenc, Madama Butterfly de Puccini, y ahora por primera vez La Traviata.

Al frente, Ana Troncoso, Hilario Abad e Inmaculada Salmoral, que cuentan con la fiel colaboración de Chatono Contreras, encargado de poner orden y sentido a la escena de las representaciones de Staff Opera.

El personaje principal de La Traviata, Violetta Valèry la encarnó Ana Troncoso. La soprano sobresalió por encima del resto del elenco. El papel le va bien, y cuando lo ruede un poco más estoy seguro que le sacará bastante más rendimiento, sobre todo

perfeccionando la dicción del italiano. Su tesitura vocal le permitió afrontar el papel cómodamente tanto en la zona baja como el la más alta de la partitura así como en los pasajes de coloratura propios de esta ópera verdiana (cantó un estupendo ‘Sempre libera’). Interpretativamente también sobresalió, especialmente en los dúos con Hilario Abad (Germont, padre de Alfredo) y cuando estuvo acompañada por Inmaculada Salmoral, con quien ha conseguido una muy buena compenetración teatral, fruto de varias trabajos en común. El personaje de Violetta es muy complicado, pues requiere que la soprano cante con decisión y coloratura y a la vez se desenvuelva teatralmente de manera muy diferente en cada uno de los tres actos, cosa que hizo muy bien Ana. Brava.

Pedro Gómez dio vida al otro personaje importante: Alfredo Germont, coprotagonista de esta ópera. Su interpretación fue de menos a más, ganando confianza y seguridad en el instrumento vocal según avanzaba la representación. Bien.

Además de Hilario e Inmaculada Salmoral, citar el buen trabajo de Gregorio García, Javier Fernández, David Quirós y Jesús Velázquez. Y especial mención al coro, cortito, pero que se defendió bastante bien (me consta que han trabajado bastante).

En cuanto a la orquesta ensamblada para la ocasión, con Juan Manuel Gallego a la batuta, destacar la buena participación de flauta, oboe, clarinete y trompas. Sin embargo las cuerdas estuvieron flojitas, y tampoco contaron con una buena sonorización, aunque es justo decir que esto es un asunto muy complicado y en el que suelen pecar incluso las grandes orquestas. Esperemos que para la próxima se pueda mejorar y conseguir también mayor tiempo de ensayos.

Lo importante se cumplió con creces: Muchísimos sanluqueños pudieron disfrutar de una de las más famosas óperas de todos los tiempos, por primera vez en la Plaza de Toros. El público salió contento, y el CDIAT ha conseguido dar un paso más hacia el objetivo de ampliar sus instalaciones para atender a los más pequeños en el Bajo Guadalquivir. Enhorabuena a todos los que de una u otra manera han participado.