Doblete de género chico en el Villamarta
Teatro Villamarta
La Gitanilla, puesta en escena tras un trabajo de investigación previo, y la conocidísima obra La Revoltosa, conformaron una representación de larga duración el día de la inauguración del FMEC 2019
El viernes 8, dentro del XVII FMEC, asistimos en el Teatro Villamarta de Jerez, al principal evento Lírico programado por el Festival para este año, y que, cosas del destino, fue simultáneo al concierto de inauguración oficial en Cádiz.
XVII Festival de la Música Española de Cádiz
La Gitanilla y La Revoltosa
Lugar: Teatro Villamarta. Fecha: Viernes, 8. Elenco: Lucía Millán; María Ogueta; Pablo López; Eduardo Pérez; Jesús Bienvenido; Susana Pizarro; Pepa Pérez; Encarni González; Daniel Pérez; Juan José guerrero; Antonio de Carlos; José Luis Manzano; Domingo Mancheño. Dir. Musical: Juan Manuel Pérez Madueño . Dir. Artístico: Miguel Cubero. Orquesta: Álvarez Beigbeder. Coral de la Universidad de Cádiz. Aforo: Casi completo.
Las zarzuelas La Gitanilla y La Revoltosa, son una producción de la Coral de la Universidad de Cádiz, responsable el pasado viernes de toda la actividad por encima de las tablas del Villamarta. Por debajo, en el foso del teatro, la Orquesta Álvarez Beigbeder, hizo lo propio con la parte instrumental, contando, eso sí, con la colaboración de la Producción del XVII FMEC. El Teatro Villamarta fue anfitrión de todos, y la respuesta del público estupenda, llenando casi por completo el teatro, a mi modo de entender, porque, entre otras cosas, la zarzuela está de moda y hay poca oferta en las programaciones de los teatros.
La exhumación de la partitura de La Gitanilla, representada por primera vez en Madrid en el Teatro de la Zarzuela el 27 de septiembre de 1861, ha sido fruto de un trabajo de recuperación musical, gracias al que ha podido ver la luz nuevamente. Se trata de una zarzuela del género chico, escrita en un acto y en verso, por el periodista, dramaturgo y magistrado, Francisco García Cuevas, con música del maestro gaditano Antonio Reparáz (Cádiz 1831-Tarragona 1886) El libro está disponible en versión libre en la Biblioteca Nacional: http://bdh-rd.bne.es/.
Sin referentes para esta nueva puesta en escena de La Gitanilla, y con las dificultades de producción que me consta tiene la Coral de la UCA, no era de esperar una gran producción. Así las cosas, el resultado, fue una puesta en escena modesta, con mucha ilusión y ganas, pero sin pasar de ahí. Destacar en lo canoro a la soprano Lucía Millán, que sacó adelante con gracia y una buena proyección vocal los momentos musicales más importantes de la obra, que, dicho sea de paso, es muy larga en comparación con otras zarzuelas del género chico. En lo actoral, Jesús Bienvenido hizo un buen papel del personaje Melón, y aunque posee una bonita y personal voz, en mi opinión una zarzuela requiere otro tipo de voz, muy específica, para cantar con una gran orquesta y sin micrófono.
Después del descanso, se representó otra zarzuela del género chico: La Revoltosa, de R. Chapí. Esta zarzuela es de las archiconocidas, probablemente debido a la familiaridad de la música de su obertura y del dúo de Felipe y Mari Pepa, ya que ambos son interpretados en recitales y conciertos con relativa frecuencia. Aquí la cosa cambió un poco para mejor, y el trabajo de cantantes, actores, y coro se notó más suelto, y dentro de la precariedad de medios escénicos se defendió dignamente. Al buen trabajo de Lucía Millán, en esta ocasión, se sumó el de María Ogueta, alto, que tuvo una intervención bastante digna. También destacar a Pablo López y Eduardo Pérez.
A la batuta, en la Dirección Musical de toda la Producción, Juan Manuel Pérez Madueño, que además es el responsable de la Coral de la UCA. En su faceta de Director de la Orquesta Álvarez Beigbeder, destacar que consiguió algunos momentos brillantes, pero sin embargo hubo otros de desbalanceo y de falta de coordinación con el coro.
Por último, en mi opinión, el haber programado dos zarzuelas largas seguidas (sobre todo La Gitanilla), no redundó en beneficio del espectáculo, que a la postre se hizo largo. Tal vez hubiera sido mejor centrarse en una sola de las dos zarzuelas y concentrar ahí todos los esfuerzos. Por lo demás, el público disfrutó de una noche de género chico y aplaudió con ganas al final de las dos representaciones.
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