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La piel de los labios es mucho más fina y delicada que la del resto del cuerpo y no tiene glándulas sudoríparas ni sebáceas, por lo que tienden a secarse mucho más rápido que el resto de la cara y por eso, tienen que humedecerse e hidratarse cada cierto tiempo.
En las estaciones con climas más extremos, como el frío o el calor, se hace más necesario hacer hincapié en la hidratación de esta zona ya que tampoco cuenta con los lípidos protectores que mantienen la humedad de esta piel. Algo que es muy propio del invierno cuando los labios se agrietan por el frío y dificulta su humectación de manera natural.
Así que, según recomiendan los dermatólogos, debes hidratarlos de manera externa dos veces en semana o como mucho tres, bien con productos que puedas encontrar en el mercado o con remedios caseros. Pero también debes hidratarlos por dentro con la ingesta de abundante agua o de otras bebidas como las infusiones y la fruta ya que ayuda mucho al organismo y evita los labios resecos que son indicadores de deshidratación del organismo.
Factores climatológicos como altas temperaturas, frío o viento repercute directamente en las sequedad labial. Al igual que llevar a cabo hábitos como fumar, consumo de mucha sal, no tomar una ingesta adecuada de vitaminas, también algunas enfermedades, beber poca agua o pasarse la lengua constantemente por los labios también ayuda a la sequedad. Aunque parezca contradictorio, la saliva de la lengua se evapora y arrastra la humedad natural de los labios. Por eso, mojártelos continuamente produce el efecto contrario.
Todo esto se puede solucionar poniendo en práctica algunas recomendaciones que te benefician, usando algunos productos e, incluso, remedios caseros.
Hay muchos productos en el mercado que están indicados para hidratar los labios ya que algunos son bálsamos labiales que protegen la piel de los labios de factores externos gracias a los aceites que ayudan a humectar e hidratar.
Se recomiendan que sean lo más naturales posibles y que estén libre de químicos ya que al principio alivian la sequedad, pero con el tiempo producen más sequedad. También puedes elaborar bálsamos con ingredientes que tienes en casa o que puedes conseguir fácilmente en cualquier establecimiento. Por ejemplo:
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