La hermandad del Rocío de Jerez volvió tras una memorable romería a la aldea para presenciar la procesión de la Blanca Paloma en la madrugada del pasado lunes.

Han sido tres días de camino de vuelta por el Coto de Doñana. Una vuelta mucho más íntima y con la alegría de haberse encontrado con la Santísima Virgen en la casa de hermandad de Jerez tras cuatro años de ausencia.

La hermandad llegó antes del mediodía de este jueves a ‘Malandar’ para cruzar la desembocadura del Guadalquivir. Posteriormente el tradicional rezó del Ángelus en la capilla del Carmen en Bajo de Guía. Los romeros pudieron hacer el rengue del almuerzo en ‘Ventosillas’ para hacer el último tramo por carretera hasta la ciudad. Al caer la tarde los rocieros eran recibidos por muchos jerezanos que quisieron hacerse presente para recibir la carreta del Simpecado y toda la comitiva.

Llegó la hermandad e hizo la visita al Hospital San Juan Grande para tomar posteriormente la calle Taxdirt, Ancha y Porvera para buscar la sede canónica de la hermandad en el convento de Santo Domingo.

Caía ya el crespúsculo cuando el Simpecado entraba en la iglesia conventual y los rocieros, cansados por tantas horas de camino y tantas emociones acumuladas, volvían a sus casas.

El año que viene volverá la romería y regresarán las ilusiones. Mientras, la Reina de las Marismas, aguardará en su ermita en la aldea del Rocío donde recibe durante todo el año a miles de fieles devotos y rocieros.