Un año más, la Virgen del Rosario de capataces y costaleros cerró el ciclo de procesiones dedicadas a esta dominicana advocación. Este año, la procesión salió desde su sede de la iglesia de la Victoria, acompañada por la banda del Rosario de El Cuervo. Lástima que durara tan poco la alegría entre los hermanos. Se preveía lluvia y así fue. Tan solo pudo recorrer la primera parte de su itinerario tomando la calle Ponce, Guadalete, Escuelas y una vez llegada la procesión a la Puerta de Jerez volver a su templo de nuevo ante las primeras gotas de lluvía.
Puertas cerradas
Una vez recogida la comitiva, las puertas de la iglesia se cerraron dejando a muchos devotos en la calle. Comenzó a acuciar la lluvia pero no se pudo acceder al templo. Quizá hubiera sido más acertado haber abierto las puertas y que el pueblo fiel hubiera dirigido la última plegaria a la Santísima Virgen.
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