Diario de Pasión

El Valle, coronada de versos por Jerez, el tiempo y el fervor cofrade

  • Antonio Gallardo, José Luis Zarzana y Enrique de Mora ofrecieron un singular pregón en el que la escenificación fue la perfecta aliada para una magnífica obra que anticipó la cita mariana del primero de noviembre

De antemano el éxito estaba garantizado. La hermandad apostó sobre seguro para conseguir un triunfo rotundo y sin contemplaciones. El objetivo era perpetuar un pregón que pasará a la historia por quienes lo protagonizaron y por la originalidad de su formato. Así fue como Antonio Gallardo Molina, José Luis Zarzana Palma y Enrique Víctor de Mora Quirós anunciaron la coronación canónica de la Virgen del Valle en un Villamarta lleno hasta la bandera y expectante desde el principio por ver en escena a tres grandes de la prosa y el verso cofrade. Ellos, única y exclusivamente, fueron los artífices de que ayer se viviera algo grande en el teatro, eso que sólo consiguen quienes atesoran el don de saber contar y cantar las cosas cofrades con solvencia en su más amplia definición. Ayer se escenificó un pregón sumamente original en su concepción. Fueron casi dos horas de versos y música; de jerezanismo con mayúsculas; de aires aflamencados en la palabra y en el escenario, todo a favor de una escenificación que respondió al reparto de papeles que se hicieron los protagonistas como hilo conductor de todo lo que se dijo, que fue mucho y bueno. Jerez, el Tiempo y el Fervor Cofrade, fueron los personajes que asumieron Zarzana, Gallardo y De Mora, los tres dispuestos sobre en un escenario cuya decoración fue sencilla: un repostero con el escudo de la hermandad, una pantalla sobre la que se proyectaron imágenes fijas y alguna película antigua del Valle en la calle, los atriles y una tarima sobre la que actuaron los otros protagonistas de la noche, todo completado con una decoración floral.

A la hora que es norma para el estreno de grandes obras en el Villamarta, a las nueve de la noche casi todo el que tenía que estar ocupaba ya su asiento. Gente del Cristo, cofrades en general y representaciones institucionales como el teniente de alcalde, Francisco Lebrero, acompañado por la delegada de cultura y Fiestas, Dolores Barroso. La sensación de estar a punto de asistir a una gran premiere volaba en el ambiente. Era una noche que sabía a grandes citas. Es más, no tuvo nada que ver con cualquier referente cofrade anterior que pudiéramos usar. En las vísperas de San Dionisio, el día de Jerez, los tres grandes pusieron en escena un trabajo que ha merecido muchos meses de trabajo, de coordinación y de creatividad poética y prosística para parir finalmente una hermosa obra sin paliativos. El anuncio de la coronación fue diferente, singular y excelente en su definición y, lo que no es menos importante, en su puesta en escena. Porque al margen de la creación literaria, en el triunfo también estuvo la coordinación de los momentos del pregón con las intervenciones de Jesús Méndez y Diego Agujeta en las saetas, Manuel y Pedro de la Fragua en los ecos jondos de los tientos, en la interpretación de unos Fandangos del Gloria y de la plegaria de la Flamenca del Manto Rojo, esa que creó Gallardo para su pregón del cuarto centenario de la fundación de la hermandad del Cristo. También concurrieron otros 'actores' como la banda municipal de música tocando al inicio Valle de Beigbeder y la marcha creada por Orellana para la coronación de la Dolorosa, el coro de la hermandad cantando al himno como colofón de todo y un tenor, acompañado por Ángel Hortas, en el Ave María de Shubert con el que arrancó el pregón. Estos medidos ingredientes dieron forma al todo del anuncio de los pregoneros, cada uno ocupando su preciso espacio y adornado con imágenes proyectadas sobre una pantalla como fondo del escenario. De esta forma, las casi dos horas que duró la cita de ayer pasaron, como se suele decir, volando porque todos los argumentos fueron de tal consistencia que difícilmente había instantes para relajarse o perder el hilo de lo que sucedía a cada minuto del histórico pregón. Ya en el arranque, las marchas que sonaron con el telón bajado, llenaron de cofradierismo el teatro. Gallardo, con sus 83 años encima muy bien llevados, Zarzana y De Mora aparecieron en 'los medios' del escenario cada uno frente a su atril. Oyeron el Ave María y dieron los primeros pasos de su obra con un comienzo clásico en el que se presentaron cada uno en su papel -Tiempo, Jerez y Fervor Cofrade- que fue tornándose en sonetos aflamencados que arrancaron la primera ovación del público con una saeta de Méndez que interpretó una hermosa saeta de Gallardo: "Corona de oro de ley/tus sienes van a estrenar/por ser la madre del Rey/Virgen del Valle sagrá./ Por ser la madre del Rey/ de toa la cristiandá". Las referencias históricas sobre la advocación se repartieron de forma amena por el texto con guiños simpáticos de un genial Gallardo.

Como cabía esperar, el verso imperó sobre la prosa con entradas y salidas de cada uno de los pregoneros en perfecta coordinación. Romanzas, sonetos y décimas fueron regalando los oídos de un público entregado al trabajo de estos tres grandes, con Gallardo asentado en la sabiduría del tiempo, con Zarzana jondo en un Jerez señorial y sabio, y con De Mora encendido en su fervor cofrade. Hubo momentos pero por encima hubo un 'todo' una sensación de conjunto que dio unicidad a la obra. En pocas palabras, fue un pregón 'trino y uno'. Incluso el contraste de la entonación se adecuó a al perfil de cada protagonista. El cómo se dijo también funcionó con la fuerza de Enrique de Mora, la valentía de Zarzana y la mesura de Gallardo, demostrando todos 'las tablas' que tienen sobre los escenarios cofrades.

Sabían los pregoneros que hablar del Valle es hacerlo del Cristo y de la gente gitana del barrio, la que llamaron al crucificado como el 'Cristo de los Gitanos': "el viento arremetió/ a la veleta en San Telmo/ porque al Cristo le faltaba/ el aire dentro de su pecho.", dijo Zarzana con versos muy aflamencados que sonaron a los que dedicó al Cristo en su pregón de Semana Santa. Enrique de Mora puso el corazón en lo cofrade expresando sus vivas a la Virgen: "Mi viva es coronación./Es catedral jerezana. / Es gallardo y es Zarzana/ compartiendo este pregón. /No puede más mi emoción,/ que lo repita la calle/ y que en su anuncio no halle/ ni cansancio ni desmayo:/noviembre se vuelve mayo/para la Virgen del Valle." Y el final, pura apoteosis… Gallardo, Zarzana, De Mora compartiendo versos en los que florecieron nombres propios que dieron y dan carácter al singular barrio, en un alterne cuyo colofón fue el necesario para tan brillante pregón: "Que Lola Flores baile/ 'A tu vera' en un lucero/ Que la Paquera te cante /'tengo un novio relojero'/Que Manuel Torre te tire/desde el cielo su sombrero/ Y el Niño Gloria en la gloria/cante sus Campanilleros/Que no hay Virgen tan flamenca/como la que yo camelo/como tu Señora nuestra/ oliendo a clavo y romero/Que la cruz de la Cruz Vieja/se dé tres golpes de pecho/Que en San Miguel las campanas/toquen los tres pregoneros/a compás de bulerías/y pasodobles toreros/Que Ana y Manuel Parrilla/el baile y el toque nuestros/desde la calle Campana/hasta la calle Pañuelo/recen un Ave María / rodeá de costaleros/Que baile Manuela Carpio/envuelta en sonios negros/Y que Tío Juane, en su fragua/forje una toná de fuego/ con letras de oro que digan/desde Jerez hasta el cielo,/ ¡Viva la Virgen del Valle/ y el Cristo que está en San Telmo!".

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