La crónica del Miércoles Santo

Un Miércoles Santo con sobresaltos

El misterio del Prendimiento, sin olivo por Porvera.

El misterio del Prendimiento, sin olivo por Porvera. / Miguel Ángel González

El Miércoles Santo en Jerez marca una raya importante en el devenir de la Semana Santa. Llegados al centro de estos días de pasión, emociones, fe y devoción, todo entra en plena ebullición en el momento en el que la ciudad penetra en los tuétanos de la semana de los gozos. Es una jornada de gran arraigo devocional, patrimonial, artístico y sentimental. Seis cofradías en las calles de la ciudad para todos los gustos cofrades. Desde la esencia misma de intramuros hasta el sabor cofradiero de los barrios, pasando por la elegancia y la belleza.

Sin embargo, las incidencias ocurridas tanto al Prendimiento como al Soberano condicionaron la jornada. El primero tronchó dos ramas del gran olivo que llevaba cuando salía de Santiago, que le obligó a quitarlo. Mientras, la corporación de La Granja tuvo que arreglar una de sus trabajaderas en plena carrera oficial.

La jornada comenzó tranquila. Como ya es tradición, los tambores empezaron a resonar por La Granja, barrio que ya forma parte de la geografía cofradiera de la ciudad con la hermandad del Soberano Poder. Puro barrio cuando poco antes de las tres de la tarde se abren las puertas de la parroquia de Madre de la Iglesia. Las elegantes túnicas de los cofrades del Soberano comenzaban a andar buscando las primeras avenidas y poner en funcionamiento ese ritmo de navegación que estos cofrades saben hacer tan bien cuando de ir al centro se trata.

El nuevo guion corporativo del taller del bordador jerezano Ildefonso Jiménez relucía con la claridad del día como si de un jueves reluciente fuese. Era uno de los estrenos de la hermandad este año y hay que destacar la riqueza de la obra. ‘La Sentencia’, un año más, ponían sus sones al servicio de aquel que es Soberano y tiene el poder en sus manos. Una delicia de estación de penitencia cumplimentada sin apenas incidencias a la hora de rematar esta crónica.

El paso del Soberano Poder, parado en la plaza de la Yerba mientras una de las trabajaderas era reparada. El paso del Soberano Poder, parado en la plaza de la Yerba mientras una de las trabajaderas era reparada.

El paso del Soberano Poder, parado en la plaza de la Yerba mientras una de las trabajaderas era reparada. / Manuel Aranda

Problemas con una trabajadera

Sin embargo, en carrera oficial, la cofradía tuvo que acelerar su paso. Según informó la Unión de Hermandades, tuvo un problema en una de sus trabajaderas por lo que decidió acelerar para llegar lo antes posible a la plaza de la Yerba. En ese punto ya esperaba su equipo de mayordomía que hizo los arreglos necesarios para continuar la marcha.

La marcha rápida por el paso obligado permitió que se ganara tiempo y, por ende, el perjuicio al resto de cofradías por el parón fuera mínimo. A las ocho menos cuarto, emprendía su marcha y firmaba en el palquillo de la Asunción con poco más de 10 minutos de retraso.

Y del Soberano hasta Las Viñas. Otra forma diferente de hacer barrio. La hermandad del Consuelo salía a las calles de la ciudad otro Miércoles Santo más. Sonaba la marcha de estreno bajo el nombre de ‘A tu Amparo, mi Consuelo’ por determinados lugares por donde iba la cofradía. Nutrido cortejo de nazarenos con escapulario azul marino y antifaz del mismo color acompañaban al Señor del Amparo bajo los mandos de Ezequiel Simancas. En el palio, nueva cuadrilla con Manuel Monje Virués de Segovia que se estrenaba este año al martillo de la Señora. Una maravilla contemplar a la Santísima Virgen en el crepúsculo del día en su paso de cajón. Gran momento el que cada año se puede vivir en la visita a las hermanas de Santa Ángela de la Cruz, cenobio donde hoy en día reside la hermandad a la espera de la construcción del templo en su barrio del Pelirón.

Un hermano de Santa Marta anuncia el inicio de la salida procesional llamando a la puerta de la capilla. Un hermano de Santa Marta anuncia el inicio de la salida procesional llamando a la puerta de la capilla.

Un hermano de Santa Marta anuncia el inicio de la salida procesional llamando a la puerta de la capilla. / Miguel Ángel González

Santa Marta y las Tres Caídas salen en esta jornada a pocos metros de distancia una de otra. En la zona intramuros las hermandades tuvieron siempre un gran tirón. Era cuando estos preciosos barrios tenían una intensa vida con viviendas habitadas. Pero la devoción no se olvida nunca. Y así fue testificado por parte de los cofrades de Santa Marta y de las Tres Caídas, que siempre es una maravilla poderlas contemplar con la tarde aún valiente por la calle Justicia.

Este año no pudo ser con Santa Marta que tomó la Ronda del Caracol para tener un encuentro con el espíritu mercedario en la Merced. Un bonito momento con el recibimiento de la comunidad mercedaria al paso del Traslado al Sepulcro que Eslava quiso hacer para Jerez. Ahora bien, fuera de la Catedral, la cuadrilla del palio tuvo que ser reforzada con costaleros del misterio para acabar con garantías la salida procesional.

Por otro lado, la devoción y el arraigo de las Tres Caídas. Sonaba la escolanía con el ‘Miserere’ a pocos metros del paso de caoba del Señor. Ildefonso Oñate manejaba perfectamente los ritmos y los tiempos en la siempre complicada salida de San Lucas. Curiosamente, una vez el Señor fuera, sonaba la banda Municipal de Gerena a la salida del Señor Caído con una marcha. Tomás Sampalo, era invitado por Oñate a dirigir los primeros mandos por la plaza de San Lucas. Un mano a mano entre dos hombres conocedores del denominado ‘mundo de abajo'. Un gesto de comunión.

Cuando el Señor salió al dentro de la plaza, sonaba la saeta y el Miércoles Santo llegaba a su apogeo. Después vino el crucificado de la Salud -a los sones de ‘Esperanza de la Yedra’- y Nuestra Señora de los Dolores, con esa maciza cuadrilla que comanda Sampalo que no por mucho conocer la maniobra de salida se le quiebra la voz ante el esfuerzo de sus costaleros. Sonaba la preciosa marcha ‘Nuestra Señora de los Dolores’, de Francisco Orellana, compuesta para la bellísima dolorosa de San Lucas y el cortejo buscaba los tuétanos del barrio buscando la carrera oficial.

En la calle Medina había una cita imprescindible. Los cofrades de la Amargura están ya llegando a la finalización de la restauración y dorado de las andas del Señor Flagelado. Maravillosa imagen que siempre sale de Los Descalzos con ‘Nuestro Padre Jesús’. Todo un clásico. Y tras la Sagrada Flagelación, con la fuerza y la teatralidad que Chaveli supo darle a este misterio, la dulzura de María en su Amargura más profunda. Toda Ella es hermosura y elegancia. Martín Gómez volvía a ser un afortunado por estar frente al bello rostro de la Señora en la tarde del Miércoles Santo.

El Prendimiento rompe su olivo a la salida

Y para finalizar, el gran plato fuerte con la hermandad del Prendimiento. En Santiago, un año más, se pararon los tiempos cuando las puertas del Angostillo se abrieron y el gran olivo del misterio asomaba sus ramas a la puerta.

Minutos antes de que se abrieran las puertas de Santiago, la Unión de Hermandades informaba de un cambio de última hora del recorrido de vuelta. Así, por las dimensiones del olivo, el paso no podía pasar por Carpintería Baja debido a un cable.

Pero en la salida ocurrió lo inesperado. Es habitual que el olivo dé algún susto y aguante la resistencia que le hace el dintel de la puerta. Sin embargo, en este año no lo hizo tronchándose dos de las principales ramas. Estas fueron retiradas, aunque ya retrasó unos minutos a la cofradía. Sin embargo, minutos más tarde, el paso volvía a pararse, esta vez frente a la Iglesia de la Victoria, para acabar talando el olivo.

A partir de ahí, la cofradía retomo su camino de ida a Catedral —por cierto, en San Juan de Dios fue a palillera para que las personas con autismo pudieran contemplar al Señor de Santiago— en una jornada que también acabó acumulando un importante retraso.

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