Cofradías

Pablo Baena: “Las Dolorosas de Jerez son las de más categoría del mundo”

  • El pregonero de la Semana Santa de 2020 prepara un  pregón que pretende que sea un “canto de gratitud a Jerez”

Pablo Baena en la redacción de Diario de Jerez.

Pablo Baena en la redacción de Diario de Jerez. / Pascual (Jerez de la Frontera)

Pablo Baena Rodríguez tendrá este año el honor de pregonar la Semana Santa de Jerez en el Teatro Villamarta el próximo 29 de marzo. Transmite en su mirada una cierta candidez resoluta cuando habla de cofradías. “No hay nada en este mundo que me apasione tanto como las cofradías”. Enseguida lo supo. Ya de pequeño sus padres lo llevaban a Sevilla a ver la ‘Madrugá’. Y sus primeros recuerdos cofrades se encuentran apoyados sobre los hombros de su padre cuando lo subía para ver al Gran Poder. “Me gustan las cofradías clásicas. Por eso cuando apenas tenía 16 años reorganicé, junto con otros cofrades de Bornos, la hermandad de la Vera-Cruz. Era una forma diferente de sacar una cofradía a la que existía en el pueblo”, comenta. Pero Pablo Baena es cofrade con gran angular. Por un lado reorganizó una hermandad de las rancias en el año 1994 mientras que después se decide  a pertenecer a la Sed de Jerez, un soplo de aire distinto y muy de barrio. “Son las cosas de Dios. Conocí hace muchos años a Enrique Soler y viví muy intensamente la formación de la hermandad. A la Virgen del Amparo le tengo un cariño muy especial porque de alguna forma colaboré en su nacimiento, yendo asiduamente al taller de Elías Rodríguez Picón en Rociana”, asegura.

Su Semana Santa

Pablo nació en Bornos. Pronto comprendió que su particular Semana Santa se encontraba en Jerez. “Es la Semana Santa perfecta. Además, Jerez tiene una singularidad muy importante. Y es que además de sus grandes pasos y sus palios que algunos son auténticas joyas, el tiempo ha sabido detenerse en muchas de sus cofradías. En las imágenes que procesionan hay una autenticidad que me encanta. Es una Semana Santa con sello propio”, afirma el pregonero.

Sus primeros recuerdos en Jerez se centran en el Cristo de la Expiración. “Siempre recordaré ese momento en el que me encontré con Él. Y mira que quizá se trataba de una cofradía en cierta forma parecida a las de Bornos, pero fue una vivencia impresionante”, asegura.

Vida ajetreada

 Baena estudió Filología Hispánica. Da clases en Sevilla en el colegio de las Adoratrices. “He aprendido con el tiempo la labor de docente y ahora sí que disfruto mucho dando clases en este colegio donde se hace mucho ya no solo por la enseñanza, sino también por la inclusión social de mujeres  desprotegidas”. Las tardes son para las cofradías. Casi a diario baja a Bornos.Todas las semanas hace cientos de kilómetros sin tener carné ni vehículo. Y lo hace porque su gran devoción se centra en la Virgen del Rosario, hermandad de gloria de la que es hermano mayor y que el próximo día 3 de mayo será Coronada Canónicamente. Por tanto, el trabajo previo a este gran acontecimiento le absorbe gran parte de su tiempo. Y todo ello, sin contar con el pregón de Jerez, el cual ha cruzado el ‘ecuador’ y que va buscando el desenlace final. “Nunca pensé que yo podría tener este privilegio de pregonar a mi Semana Santa, porque la siento como mía también. Por tanto lo acojo como un regalo de la Santísima Virgen”, comenta. Siente mucha gratitud por este honor además de agradecer a un gran número de cofrades “que me han felicitado por este nombramiento”. En cuanto al final del pregón, “aún no lo tengo escrito y tampoco sé muy bien por dónde voy a tirar. Sí sé que será un pregón de acción de gracias a Dios por permitirme estar en el Villamarta y, sobre todo, un agradecimiento a Jerez por honrarme con este regalo”.

Muy devoto de la Santísima Virgen, Baena es un enamorado de las cofradías. Tanto es así que él siempre ve el vaso medio lleno y nunca medio vacío. Se podría afirmar que se trata de un optimista antropológico de las hermandades. Desde pequeño se convenció de que las cofradías serían su vida y no se ha movido ni un ápice de esta posición. Conserva una mirada que brilla cuando habla de la Virgen María. Y lo hace sin perder esa hermosa candidez. Será un pregón muy mariano, cargado de sensaciones y de vivencias positivas. Cualquiera lo puede adivinar en el tiempo que se tarda en tomarse un café con él.

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