Santa Marta

El rincón fúnebre de San Mateo

  • El barrio revive durante el Miércoles Santo el momento más severo de la Pasión de Cristo

AÚN resuena en la plaza de San Mateo ese eco de resaca de la esplendorosa, y sorprendentemente a su hora, recogida de Los Judíos cuando el público vuelve a copar, alrededor de las cuatro y media de la tarde, las inmediaciones de este fervoroso barrio.

Santa Marta, una hermandad que puede considerarse 'joven' debido a sus poco más de 50 años de existencia, tiene en su historia varios hitos que permanecen en el recuerdo de los cofrades mayores o los más curiosos. El primero, y más antiguo, es aquel que sitúa a esta cofradía en los antiguos Sábados Santos hasta que desaparecieran en la década de los 80, jornada cada vez más ansiada por el pueblo de Jerez. La otra imagen es la del precioso misterio de esta corporación saliendo desde la iglesia de San Mateo. Tras el cierre del templo a mitad de los 90, las dos hermandades con sede canónica en la iglesia se trasladaron a sus respectivas casas de hermandad, situadas en las inmediaciones de la plaza de San Mateo. Eso sí, tras la reapertura de ésta, solo el Desconsuelo vuelve al templo, permaneciendo Santa Marta en su casa de hermandad, desde donde procesiona desde entonces.

Es precisamente en las puertas de su casa de hermandad donde los fieles de esta cofradía se reúnen cuando su cancela se abre un poco más tarde de la cuenta, más allá de las cinco de la tarde, placentero sol mediante. Este año no habrá carreras ni desbarajustes debido a la lluvia como en 2013, cuando el Miércoles Santo se quedó literalmente a la mitad.

Y sobre el resto de cera roja de sus vecinos, comienzan a salir los nazarenos con túnica negra de lana y raso anunciadores de la llegada del paso de misterio del Traslado al Sepulcro. Sin duda, este conjunto escultórico es uno de los más señeros y bonitos de la Semana Santa con Santa Marta, imagen que procesa gran devoción en la ciudad, portando los clavos del Santísimo Cristo de la Caridad, cargado por los Santos Varones en una escalera. Cerrando el grupo, dolorosa estampa de Penas y Lágrimas consolada por San Juan y María la de los Zebedeos a los pies de la Santa Cruz. Aún sorprende ver al misterio con la banda de cornetas y tambores Caridad y Amor, cuando han sido acompañados tantos años por música de capilla.

El racheado y las órdenes de Jesús Sánchez Lineros ya sitúan al Traslado al Sepulcro en la plaza del Mercado cuando el cortejo de palio, con capa blanca, antecede a la salida del paso de palio de Madre de Dios del Patrocinio, con Álvaro Barba al llamador. Este eterno palio de malla sin terminar bordar porta a una de las tallas más serenas y espectaculares de Francisco Pinto Berraquero, que gracias a la banda municipal Maestro Enrique Galán de Rota pasea al rimo su dolor por las calles de Jerez.

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