Cofradías

Los rocieros afrontan la cuesta económica para llegar al Rocío

Un grupo de rocieros en el Coto de Doñana de camino al Rocio.

Un grupo de rocieros en el Coto de Doñana de camino al Rocio. / Miguel Ángel González (Jerez)

Hasta el peregrino que va andando o el que decide dormir en el coche tienen que hacer una inversión económica considerable cuando llega la romería de la Virgen del Rocío. Nada sale gratis en esta sociedad consumista en la que vivimos y por devoción a la Virgen, o porque forma parte de la tradición de toda una vida, hay rocieros que hasta se acercan a un banco a solicitar un préstamo con el fin de poder asumir la larga lista de gastos que conlleva vivir los días de la procesión en la aldea.

Hay tantos ‘rocíos’ como peregrinos en la aldea. Cada uno escoge la modalidad que más se acomode a su propia economía. Sin embargo, para poder comenzar a pensarse en ir al Rocío, cada romero debe de pensar, al menos, con tener mil euros para gastos por persona. Y esta cuenta se aplica en el mejor de los casos. El techo no tiene límites si se trata de vivir un Rocío de alto copete.  

Tampoco es lo mismo acudir a la aldea del Rocío directamente a tener que hacer el camino por el Coto de Doñana donde los gastos se disparan por cuestiones obvias. Una gran cantidad de peregrinos forman parte de las peñas donde se alquilan casas en la aldea —no precisamente a un bajo precio— donde se reparten entre los asociados el precio del alquiler. Si a todo esto hay que añadirle el camino por el coto, la papeleta de sitio o el paso en la barcaza para cruzar desde Sanlúcar a ‘Malandar’, el pellizco crece irremediablemente.

Por otro lado, si no es posible alquilar una casa, la hermandad de Jerez mantiene hasta treinta y ocho habitaciones en la propia casa de la aldea. A estas habitaciones hay que añadir ocho más para solteros y otras ocho para solteras. Estos cuartos sirven para los hermanos que deciden acudir a la romería y pagar un precio módico por vivir en un espacio reducido pero donde es posible cocinar y dormir. Se trata de un servicio que pone la hermandad de Jerez a sus hermanos con el fin de recortar gastos.

Y todo ello sin que suceda ninguna circunstancia ajena a lo planificado. Una avería en el coche, por poner un ejemplo, puede disparar la cuenta de gastos. Si en lugar de tracción mecánica lo sustituyes por una carriola los gastos se disparan. Lo mismo ocurre con la tracción animal donde hay que llevar todo lo necesario para que los animales tengan una peregrinación lo más cómoda posible.

El caso es que muchos son los que están ante la Blanca Paloma en estos días de romería. Cada rociero escoge la forma y el modo. Lo que forma parte del común denominador de los asistentes es que ir al Rocío no sale precisamente gratis.

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