Los frutos secos en la alimentación diaria ayudan a regular el peso
Un estudio constata sus efectos cardioprotectores en la dieta y su efecto sobre la adiposidad corporal.
La inclusión de frutos secos en la alimentación diaria ayuda a regular el peso, una buena noticia de cara a las fiestas navideñas, según una investigación dirigida por el doctor Emilio Ros, jefe de la Unidad de Lípidos del Hospital Clínic de Barcelona, publicada en la revista científica Nutrients. El trabajo sostiene que incluir frutos secos en una dieta saludable aumenta los efectos cardioprotectores de la misma, sin ganar peso e incluso reduciendo la adiposidad corporal. El efecto saciante de las nueces y otros frutos secos, gracias a su riqueza en nutrientes y fibra, induce a comer menos, por lo que se convierten en un saludable sustituto de otros alimentos más ricos en grasas saturadas. "La inclusión de frutos secos en una dieta sana y equilibrada no sólo contribuye a mejorar nuestra salud, especialmente la del corazón, sino que además lo consigue sin que ganar peso", según los investigadores.
En este trabajo, en el que se han analizado la mayoría de estudios científicos existentes con frutos secos, se ha evidenciado que no hay efectos negativos del consumo frecuente de los mismos relacionados con el peso corporal. Por el contrario, algunos estudios sugieren que el consumo de frutos secos podría incluso ayudar a perder peso. Ello se debe a que los frutos secos, y en especial las nueces, son alimentos muy ricos nutricionalmente con elevadas cantidades de fibra. Su consumo dentro de una dieta diaria causa saciedad y provoca una fuerte compensación de la dieta, por lo que la ingesta de otros alimentos muy calóricos se ve reducida. Con estas conclusiones, se desmiente la percepción común de que los alimentos ricos en grasas suministran un exceso de energía y promueven el sobrepeso, lo que suele afectar negativamente a la imagen de los frutos secos. Por tanto, queda confirmada de nuevo la idoneidad de incluir frutos secos, entre ellos las nueces, en una dieta saludable que debe estar compuesta además por frutas, verduras, legumbres, cereales enteros y fuentes de proteínas no grasas. De la investigación se desprende que la composición única de nutrientes esenciales de los frutos secos, y en especial de las nueces, ricas en ácidos grasos Omega 3 de origen vegetal y Omega 6, permite que con su consumo se reduzcan los factores de riesgo de las enfermedades cardiovasculares como son altos niveles de colesterol malo, hipertensión arterial y glucosa en sangre.
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