Tercer festejo de la Feria de Fallas de valencia

Cornada a Padilla, torería de Curro Díaz y retorno de Escribano

  • El diestro jerezano ha sido intervenido de dos trayectorias en el muslo y está en estado grave

Padilla, corneado por el toro 'Hortensia'.

Padilla, corneado por el toro 'Hortensia'. / Manuel Bruque / Efe

Hace casi un año estuvo a punto de perder la vida por una cornada de caballo en el triángulo de Scarpa en la plaza de toros de Alicante. Ayer, por fin, tras sufrir un calvario y todavía con secuelas tremendas –no tiene movimiento completo en el pie derecho– el gerenense Manuel Escribano, con su sonrisa habitual, vestido de azul y oro, pisaba de nuevo el albero para hacer el paseíllo en la segunda de la Feria de Fallas de Valencia, junto a otros dos hombres también muy castigados como son Padilla –perdió el ojo izquierdo en Zaragoza– y Curro Díaz –que precisó de una prótesis tras un percance en Sevilla–. Tras el desfile, gran ovación del público valenciano a Escribano por este retorno a su vida, el toreo.

El espectáculo estuvo cargado de emociones previas y en el ruedo. Padilla salió herido y en triunfo;Curro Díaz conquistó al aficionado con un toreo con solera y Escribano dejó constancia que está preparado para la guerra.

Padilla cayó herido cuando muleteaba con la diestra al cuarto toro en una escena dramática, impresionante. El astado, bien presentado, certero, le lanzó tres tornillazos, propinándole una cornada en el muslo derecho y otra en el costado izquierdo. Cuando el jerezano se levantó, le hicieron un torniquete para evitar la hemorragia. Todavía sin recuperarse, Padilla se fue hacia el toro, continuó con agallas, lo cuadró y mató de estocada tras dos pinchazos para cobrar una oreja ganada por redaños. Pasó a la enfermería por su propio pie tras mostrar orgulloso el trofeo ganado.Padilla, entregado en los tres tercios ante su lote, se había esforzado en una labor muy dilatada ante el que abrió plaza. Lo mejor: una gran estocada en lo alto.

Curro Díaz pasó por Valencia rezumando torería, naturalidad y gusto. Ante el quinto, bien hecho, noble, aunque se acabó pronto, Díaz abrió su faena con unos muletazos con la diestra sentidos y a cámara lenta. Con la izquierda bordó el toreo con algunos naturales de oro. Mató de media estocada y fue premiado con una oreja.

En su primero, un astado mal presentado, con movilidad y que no humillaba, Curro Díaz dejó constancia de su torería con varios pasajes con gusto cuando muleteaba, pero mató mal.Manuel Escribano dio la sensación que está cerca de la recuperación física total. Al tercero, bien presentado, lo recibió con una larga cambiada de rodillas y lanceó con suavidad a la verónica. Compartió banderillas con Padilla, dando ambos espectáculo. Tras brindar a los doctores que le han atendido tras su gravísima cornada, dio una buena tanda con la diestra, pero el toro se apagó pronto. Le faltó contundencia con la espada.

Con el manso sexto, que le puso a prueba, se entregó en los tres tercios. Dos largas de rodillas, banderillas y faena con comienzo explosivo, con muletazos por la espalda, hasta llegar a la estocada definitiva.

Tarde con las buenas sensaciones de la reaparición de Escribano y la torería de Curro Díaz, con el contrapunto de un Padilla que cayó herido grave. Los tres, cada uno por distintos motivos, triunfaron.

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