Diario de una gran hazaña | Epílogo
Así acabó una gesta que hizo cambiar el concepto del mundo
Diario de una gran hazaña | Capítulo 89 (6 de septiembre de 1522)
En Sanlúcar de Barrameda tenía que ser. ¿Dónde mejor para culminar una gesta histórica? Allí, donde el Guadalquivir se funde en un abrazo eterno con el Océano Atlántico, 18 hombres, con Juan Sebastián de Elcano al frente, acaban de confirmar hoy, 6 de septiembre de 1522, que han conseguido dar la vuelta al mundo, convirtiéndose en los primeros en lograrlo en toda la historia de la humanidad. Están desnutridos, famélicos, sin energías y casi no pueden mantenerse en pie, pero el orgullo de saber que han pasado a la historia y la alegría de saberse al fin en casa pueden con el agotamiento general y con todas las penurias que han ido acumulando a lo largo de los tres últimos años.
La imagen a primera hora de la mañana de hoy ha sido impactante. Por la desembocadura del Guadalquivir hacía su aparición una nave fantasma. O, al menos, esa era la impresión que daba una embarcación que presentaba serios problemas para mantenerse a flote, muy escorada, con sus mástiles dañados, con sus velas hechas jirones y con buena parte de sus aparejos podridos. Y conforme se iba acercando a tierra, más expectación iba originando esa nave moribunda entre una sociedad sanluqueña que a esa hora temprana empezaba ya a ganarse la vida un día más con la pesca o con los trabajos propios de la huerta.
Tampoco el nombre de la nave ayudaba mucho. "¿Victoria? ¿De dónde viene este barco?", se preguntaban desde tierra. Hubo que tardar cierto tiempo para recordar que la nao Victoria era uno de los cinco barcos –el cuarto en importancia para ser más exactos– de aquella flota de las especias que zarpara de este mismo puerto hace prácticamente tres años, que partía con la intención de llegar a las Molucas navegando siempre hacia occidente y al frente de la cual estaba el marino portugués Fernando de Magallanes.
Pero del brillo de la salida a la mar de aquella expedición española con casi 240 hombres ya no queda nada. Y de Magallanes, menos aún. Hoy lo único que ha llegado es una nave que se mantiene a flote a duras penas y al mando de la cual está un tal Juan Sebastián de Elcano que no cabe en sí de alegría, orgullo y satisfacción. Y no es para menos porque sabe que al llegar a Sanlúcar ha alcanzado también la gloria. Ahora sólo queda contar a los cuatro vientos la hazaña que han conseguido y que seguro llegará en poco tiempo a las principales potencias de todo el planeta, para orgullo de España y de su rey Carlos I.
Juan Sebastián de Elcano, Francisco Albo, Miguel de Rodas, Juan de Acurio, Antonio Pigafetta, Martín de Yudícibus, Hernando de Bustamante, Nicolás el Griego, Miguel Sánchez de Rodas, Antón Hernández Colmenero, Francisco Rodríguez, Juan Rodríguez, Diego Carmena Gallego, Hans de Aquisgrán, Juan de Arratia, Vasco Gómez Gallego, Juan de Santander y Juan de Zubileta. Estos son los nombres de los 18 héroes que acaban de completar la primera vuelta al mundo en Sanlúcar. Junto a ellos navegan tres esclavos que embarcaron en las Molucas el pasado diciembre con la idea de ayudar a los españoles en la navegación y también de conocer nuevos mundos. Una docena de indígenas subieron a bordo en la Victoria pero sólo han quedado vivos tres de ellos.
Ya en suelo sanluqueño, y mientras empiezan a reponerse gracias a la carne, el pan, la fruta y el vino que ya están devorando, Elcano y sus hombres han ido dando detalles de una aventura en la que, según los cálculos del cronista de este viaje, Antonio Pigafetta, han navegado más de 14.460 millas en los 1.082 días que han invertido para dar la vuelta al mundo desde que zarparon de esta misma localidad gaditana hace casi tres años. Por medio ha quedado el cruce de tres océanos y uno de ellos, el Atlántico, en dos ocasiones, primero a la ida hacia América y luego en el regreso desde el sur de África.
Pero aparte de ingerir comida fresca muchas semanas después, Elcano no se ha olvidado de cuál es su prioridad en estos momentos. Por eso, rápidamente ha tomado pluma y un pergamino para escribirle al rey y contarle las buenas nuevas. Así, el marino de Guetaria avisa del regreso de su nave y confirma que llegaron a las Molucas y que traen varias toneladas de especias en la bodega. Pero, sobre todo, el comandante de la Victoria no puede disimular su satisfacción ante Carlos I por haber concluido esta primera circunnavegación: "Hemos descubierto y redondeado toda la redondela del mundo, yendo por el occidente y viniendo por el oriente", especifica Elcano en una misiva que hoy mismo ha partido con toda urgencia para ser entregada cuanto antes al monarca.
Elcano confía en que el rey reciba con agrado esta comunicación y que en breve pueda mantener un contacto cara a cara con él para detallarle todo lo acontecido en la expedición que encabezara Magallanes. El descubrimiento del paso interoceánico, la inmensidad del Pacífico, las islas Filipinas, la muerte del almirante portugués ante las huestes de Lapu-Lapu en Mactán, la traición de Cebú, la llegada a la Molucas y la imposibilidad de la que la Trinidad se sumara al viaje de regreso son algunas de las cuestiones que Elcano quiere hacerle llegar a Carlos I en cuanto tenga la ocasión. Y ya de paso le explicará su última travesía a través del Índico, el Cabo de Buena Esperanza y el Atlántico, hasta llegar a casa. Porque de manera urgente quiere hacerle llegar los 13 apresamientos de españoles vividos en Cabo Verde hace dos meses. El comandante de la Victoria tiene claro que hay que hacer todo lo necesario para rescatar a sus compañeros. Y si tiene que implorárselo a su rey, no tiene dudas de que lo hará.
Durante la jornada de hoy, en la que los vecinos de Sanlúcar se han desvivido para atender a los inesperados visitantes, los 18 supervivientes de la Victoria se han trasladado a la Parroquia Mayor de Nuestra Señora de la O para dar gracias a la Virgen de la Antigua que allí se venera. Y es que las plegarias han estado presente durante toda la expedición, sobre todo cuando hubo que hacer frente a peligrosos temporales en alta mar.
Con posterioridad a este momento de rezo y de recogimiento, Elcano ha recibido otra buena noticia: una barcaza con una docena de remeros remolcará la Victoria hasta Sevilla. Así lo han confirmado portavoces de la Casa de Contratación de Indias, el organismo con sede en la capital hispalense que se encargó de preparar esta expedición en cumplimiento de las órdenes expresas dictadas en su momento por el rey.
Tras constatar el mal estado de la única nave superviviente de la flota de las especias, sobre todo por las numerosas vías de agua existentes en el casco y que obligan a mantener activas las bombas de achique las 24 horas del día, desde la Casa de Contratación se ha sugerido esta solución, la cual ha sido bien aceptada por Elcano. Y es que el de Guetaria sabe que por sí sola la Victoria no está en condiciones de remontar en solitario el Guadalquivir río arriba rumbo a Sevilla. Y llegar a esta ciudad para completar así la misión iniciada hace tres años es ahora la prioridad que persigue Juan Sebastián de Elcano. Es más, el trayecto a Sevilla se reanudará esta tarde, en cuanto esté dispuesta la barcaza, que además estará repleta de provisiones para seguir abasteciendo a los supervivientes de la Victoria en esta última fase de su aventura.
Mientras espera el momento de la partida, Elcano no puede disimular su satisfacción por haber sido el primer comandante de una embarcación que ha logrado dar la primera vuelta. Pero, una completada vez esta gesta y comunicada al rey, ahora ve esencial llegar cuanto antes a Sevilla para ponerle el broche de oro a la aventura tan increíble que ha vivido en estos tres años. La expedición de Magallanes tenía la orden de llegar a las Molucas, hacerse con un cargamento importante de especias y volver a casa. Y eso es lo que quiere cerrar Elcano. Hasta que no atraque en Sevilla no podrá entregarle a la Casa de Contratación esas 27 toneladas de especias que guarda como oro en paño en la bodega de su nave. Cuando lo haga podrá dar por concluida su misión. Será el momento, al fin, de cantar victoria en la Victoria.
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