Breakout y Arkanoid han tenido un hijo superdotado: análisis del adictivo Ball x Pit
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La mezcla de la jugabilidad arcade con una estructura roguelite hace de este título una de las grandes sorpresas del año
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Ball x Pit es uno de esos juegos indies que llegan casi de puntillas, pero que en pocos minutos dejan claro que tienen mucha más ambición de la que aparentan. Su propuesta parte de una idea muy simple: mezclar la jugabilidad clásica de títulos como Breakout y Arkanoid con una estructura roguelite llena de mejoras, sinergias y decisiones estratégicas. Puede sonar extraño sobre el papel, pero en la práctica funciona sorprendentemente bien y crea una experiencia adictivida como innovadora que te atrapará irremediablemente.
Ball x Pit
- Editor: Devolver Digital
- Desarrollador: Kenny Sun
- Plataformas: PS5, Series X/S, Switch, PC
- Versión probada: PC(Steam)
- Lanzamiento: 15/10/2025
El núcleo del juego parece sencillo: rebotar pelotas contra enemigos que van descendiendo por el campo de juego. Sin embargo, pronto se hace evidente que este es solo el punto de partida. El ritmo es rápido, los rebotes se vuelven cada vez más frenéticos y la colocación de la paleta exige atención constante. Lo realmente interesante aparece cuando empiezas a desbloquear nuevas pelotas con efectos especiales: algunas envenenan, otras queman, otras atraviesan enemigos y explotan contra las paredes para causar daños enormes. Cada tipo se comporta de forma distinta y abre puertas a estrategias muy variadas.
Los personajes también aportan profundidad. Cada uno tiene habilidades propias y un “poder inicial” que influye mucho en el desarrollo de la partida. Lo mejor es cómo estos rasgos se combinan con los efectos de las pelotas que encuentras. Como en todo buen roguelite, las mejoras se acumulan y empiezan a interactuar entre sí, generando combinaciones sorprendentes. Fusión de pelotas, sinergias entre habilidades pasivas, cadenas de mejoras que transforman lo que parecía una partida modesta en un torbellino caótico de destrucción… El sistema está lleno de posibilidades que invitan a experimentar.
Sin embargo, Ball x Pit no se queda ahí. Fuera del pozo donde ocurre la acción principal, hay un pequeño mundo en el que construyes edificios, recolectas recursos y desbloqueas nuevos personajes. Esta parte funciona casi como un juego de gestión ligero, pero integrado de forma muy natural con el resto. Los recursos que generas sirven para potenciar tus runs posteriores, mientras que las estructuras que levantas modifican la forma en que recolectas materiales. Todo forma un ciclo muy agradable: juegas en el pozo, obtienes recursos, construyes, y gracias a eso vuelves a bajar mejor preparado.
Lo más atractivo es cómo ambas capas del juego se retroalimentan. Las mejoras obtenidas en la superficie afectan al desarrollo de las partidas roguelite, mientras que la acción dentro del pozo determina la cantidad de recursos para expandir tu base. No tarda en volverse un bucle adictivo, en el que cada intento aporta algo nuevo y cada mejora desbloquea más posibilidades. La sensación de progreso es constante y muy gratificante, incluso en runs que no llegan demasiado lejos.
Además, cada run no dura más de 10 minutos por lo que su capacidad para matar esos tiempos muertos entre los quehaceres diarios lo hace aún más recomendable si cabe. Y si, como es nuestro caso, cuentas como una Steam Deck o Asus Rog Ally (plataforma en la que lo hemos probado) las sesiones tumbado en el sofá o en la parada de metro pueden ser infinitas.
Con su estética de estilo retro y un sorprendente nivel de pulido, Ball x Pit consigue destacar entre otros indies que intentan renovar fórmulas clásicas. Tiene personalidad, ritmo y un diseño de sistemas que encaja como un reloj. Porque la sensación es que todo está muy bien medido y las sinergias son tantas y tan bien implementadas que asusta la facilidad que tiene de sorprenderte a medidas que vas bajando por el pozo y los niveles se hacen más complicados.
En definitiva, Ball x Pit no solo revive un clásico de forma ingeniosa, sino que lo explota hasta límites inesperados gracias a sus capas de estrategia, progresión y sinergias. Es un juego ideal para quienes disfrutan experimentando, probando configuraciones imposibles y viendo cómo un conjunto de pequeñas mejoras acaba transformando completamente la partida y te hace una máquina asesina expendedora de peltoas. Es, sin duda, uno de esos indies que vale la pena probar. Y si lo haces, ten por seguro que no soltarás el mando. Avisado estás.
Hemos podido probar Ball x Pit en una Asus Rog Ally (PC, Steam) gracias a una clave que nos ha remitido Salima Cosmocover.
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