El Xerez DFC pierde su primer amistoso frente a un Granada muy superior (0-2)

Jerez/El Xerez DFC 22/23 abrió el fuego de la pretemporada con el primer partido de un triangular que se disputa en Chapín entre el cuadro azulino, el Granada y el Real Madrid Castilla. Los azulinos cayeron por 0-2 ante un cuadro rojiblanco muy potente, con más rodaje y, por tanto, mejor físicamente, y que sentenció en el primer cuarto de hora con dianas de Arezo y Da Costa.

El primer once de Pérez Herrera era muy esperado y el técnico azulino apostó por una alineación con un poco de todo, con muchas caras nuevas y varios canteranos junto a Oca y Bello. La portería fue para Álex Quesada, con una defensa integrada por Hugo Carrillo, Oca, Galafate y Razvan. En la medular, Joao Paulo y Burdenski con Bello por delante. Las bandas fueron para Javi Navas y Erik Aguado y en punta, Edu Salles.

Los azulinos saltaron al verde con muy buenas intenciones, pero se encontraron con un rival potente, rodado, firme atrás, con bandas desequilibrantes y mucho potencial arriba, que pronto mostró sus intenciones.

Hugo Carrillo tuvo tuvo que emplearse a fondo a los dos minutos para cortar un centro envenenado y a los diez minutos, el primer gol de la escuadra de Karanka. Una jugada que arrancó desde atrás la aprovechó Adrián Butzke para poner a prueba los reflejos de un Álex Quesada muy atento. Logró depejar el buen disparo del rojiblanco, pero Arezo cazó el rechace y mandó el balón al fondo de la red.

Sentencia

El Xerez DFC quería pero no podía. Le costaba generar y el cuadro rojiblanco aprovechó su inercia para abrir brecha en el marcador. Adrián Butzke, muy activo, se plantó en el área con decisión, Galafate repelió el balón con el pie como pudo y Da Costa, bastante atento, no perdonó para ampliar la ventaja. 0-2. Minuto 14.

El encuentro se había roto. Los xerecistas apenas generaban, pese a que Bello intentaba poner critero. El cuadro granadino era superior y demostraba que su paso por la máxima categoría del fútbol español era reciente.

Tras la pausa para la hidratación a la media hora, Karanka realizó seis cambios de una tacada y el ritmo bajó. Los nazaríes se dedicaron a nadar y a guardar la ropa ante un conjunto azulino con pocas jornadas de entrenamiento, que nada pudo hacer para frenar el despliegue de un conjunto compacto y con las ideas claras.